Se debe a que esperan una menor respuesta ante la agresión, afirman los especialistas
NUEVA YORK.- Gritos, intrigas y sabotajes son los signos que delatan la presencia de un abusador en el trabajo, tendiendo trampas a los empleados a cada paso. Quienes estudian los ambientes laborales aseguran que en tiempos de crisis económica, como la actual, los niveles de estrés aumentan y es probable que los maltratadores afilen la lengua y salgan al ataque.
Quizá no sea sorpresa para nadie que la mayoría de los abusadores son varones, como revelan las investigaciones de un grupo de defensa, el Instituto contra el Acoso Laboral. Sin embargo, el 40% de los abusadores son mujeres. Pero por lo menos los abusadores varones no hacen distinción de género, e intimidan prácticamente a hombres y mujeres por igual. Las mujeres, en cambio, prefieren, al parecer, a las de su mismo sexo, y más del 70% de las veces eligen como blanco a otras mujeres.