¿Por qué hay personas tan obedientes consigo mismas? ¿Por qué se autoimponen deberes y obligaciones inquebrantables? ¿Por qué no son capaces de romper con ello en según qué casos? Saber hacerlo nos hará más felices
Mi amiga Angelines empieza el día ya cansada. Nada más sonar el despertador, su cabeza repasa todas y cada una de las obligaciones del día: horarios que cumplir, tareas profesionales y domésticas, viajes de los hijos de aquí para allá, encargos que le pidieron su marido y su madre, las llamadas de rigor a algunos familiares y las felicitaciones de cumpleaños de sus amigos (no ha fallado ni una vez en 25 años)… Su vida se convierte cada día en una prueba de obstáculos a superar. Al acostarse, resopla un poco como el que por fin llega a la meta, aunque le invade la duda de si lo hizo todo bien. Quisiera ser de otra manera, pero su mente rígida no lo permite.