Esos aparatos tecnológicos que tanto estiman las personas y que usan con una frecuencia casi adictiva son, para muchos, una bendición. Hacen más fácil y divertida la vida, pero también tienen un lado oscuro, y no se trata de sus elevados precios. Según un estudio realizado en Estados Unidos, nuestra pasión por la tecnología es nociva para la salud.
De acuerdo con la National Sleep Foundation (Fundación Nacional del Sueño), el 95% de los adultos estadounidenses usan un aparato electrónico en la hora que antecede su ida a la cama. Esto lleva ocurriendo desde la época dorada de la televisión, pero hoy en día la tendencia es mucho mayor dada la amplia variedad de aparatos que usamos y los diferentes tipos de experiencias que ofrecen.