¿Cuándo la conducta adictiva no es una adicción?

«Abandonas la negación, la racionalización y llegas a la verdad», le dijo Tiger Woods a un entrevistador, varios días después de anunciar que volverá al golf en el torneo Masters del 8 al 11 de abril.

En una declaración anterior, en la que confesó su infidelidad en serie, pidió disculpas a todas las personas que había lastimado. También admitió su incapacidad para manejar su propia vida y su deseo de buscar la ayuda de un poder superior, en su caso a través de la fe budista de su madre.

Fue, señaló The New York Times, el lenguaje clásico del programa de doce pasos, creado por Alcohólicos Anónimos y adoptado por otros grupos que luchan contra las adicciones a todo tipo de cosas, desde la comida y las compras hasta los psíquicos.

Pero a veces, como en el caso del sexo, qué es lo que constituye una adicción, está abierto a debate.

Como escribió Donald G. McNeil Jr. en The Times, «la simple idea de que alguien pueda ser adicto al sexo es controversial e inevitablemente causa risas y chistes. Quienes afirman ser adictos podrían ser acusados de buscar una excusa médica para justificar la simple promiscuidad».

McNeil también señaló que el manual de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense aún no reconoce la adicción sexual.

Pero Robert Weiss, director de servicios de integridad sexual para CRC Health Group, aplaudió al actor David Duchovny por hablar en público sobre su tratamiento contra su adicción al sexo, en 2008. «Es emocionante ver a alguien decir abiertamente por primera vez: ‘Soy adicto al sexo y voy a someterme a un tratamiento'», le dijo a The Times.

La adicción a Internet es objeto de dudas similares. Como informó The Times, «los escépticos argumentan que incluso el uso obsesivo de Internet no perjudica la salud de la vida familiar en la misma manera que las adicciones convencionalmente reconocidas».

Rick Zehr, vicepresidente de ciencias de la conducta y adicciones en el Hospital Proctor, en Peoria, Illinois, le dijo a The Times que «se cruza la raya con la adicción a Internet cuando uno ya no la controla, ella lo controla a uno».

Mientras tanto, hay un programa de doce pasos para los adictos a los juegos de video y un grupo de apoyo para ayudar a los «adictos a los psíquicos» en Internet. La fundadora de dicho grupo, la actriz Sarah Lassez, dijo haber gastado más de mil dólares al mes en sitios de psíquicos en la Internet.

«Nunca considé que tenía una personalidad adictiva», le dijo a The Times.

Los expertos coinciden en que dada la naturaleza omnipresente del ciberespacio, es difícil romper la conducta destructiva en Internet. Un artículo en The Times incluso la comparó con someter a tratamiento a «un alcohólico en una cervecería». No obstante, el concepto de los doce pasos ya ha resultado exitoso contra todas las probabilidades anteriormente.

La alternativa no es atractiva. En Camboya y China, los adictos son encerrados bajo llave en centros de detención donde enfrentan golpizas y trabajo forzado sin tratamiento para sus adicciones.

Fu Lixin, quien dijo haber fumado un cigarro que contenía metanfetamina sólo una vez, estuvo encarcelada durante años en un centro chino. «Fue un infierno del que todavía trato de recuperarme».

Kevin Delaney | New York Times