La psicología ya sea conceptualizada como ciencia social o natural, es caracterizada como una disciplina multiparadigmática (Caparros, 1978; Gonzáles, 1985; Ribes, 2004; Campos, 2006). En el quehacer científico y académico de la psicología coexisten una gran diversidad de enfoques y teorías; además su práctica profesional se realiza en una variedad de contextos a través de una diversidad de funciones sustentadas en diversos métodos y técnicas muchas veces antagónicos entre sí.
Esta situación de la psicología ha planteado una serie de interrogantes y controversias en la formación académica y en el ejercicio profesional del psicólogo peruano. La conceptualización que se tenga de la psicología determina en muchos casos la forma en que los psicólogos asumen su rol y su práctica profesional. Al respecto Gonzáles (1985) señala: “Ser psicólogo es asumir un rol científico que desborda por definición cualesquiera de sus contenidos, entre ellos las teorías que constituyen su población conceptual”.