Según Peter Kinderman, profesor en psicología clínica:
Una empresa estaba en situación difícil, las ventas iban mal, los trabajadores y colaboradores estaban desanimados, y la situación financiera del negocio era crítica. Era preciso hacer algo para revertir el caos. Nadie quería asumir nada. Por el contrario, el personal apenas reclamaba que las cosas andaban mal y que no existía perspectiva de progreso en la empresa.
Ellos consideraban que alguien debería tomar la iniciativa de revertir aquel proceso.
Cuanto más aprendemos, más evolucionamos. Cada uno de nosotros se encuentra a sí mismo en su propio proceso evolutivo en el que cambian necesidades y motivaciones
Para la gran mayoría de culturas milenarias, la mariposa representa la metamorfosis. Lo cierto es que la ciencia contemporánea ha comprobado que es el único ser vivo capaz de modificar totalmente su estructura genética. El ADN de la oruga que se envuelve en la crisálida es diferente al de la mariposa que sale de él. De ahí que este proceso natural se haya convertido en el símbolo del cambio y la transformación.
Y entonces, ¿qué es mejor? ¿La oruga, la crisálida o la mariposa? No hay mejor ni peor. Simplemente son diferentes estadios en el camino de la evolución. Y por estadios nos referimos a «las etapas o fases que forman parte de cualquier proceso de desarrollo o transformación». Lo mismo sucede con la especie humana. Cada uno de nosotros se encuentra en un estadio evolutivo que no es ni mejor ni peor que el del resto de seres humanos.
Los psicólogos llevan décadas advirtiendo contra darles a los niños premios o dinero por su desempeño en la escuela. Las recompensas «extrínsecas», dicen, como un juguete para una niña de cuatro años que se aprende el alfabeto o dinero por buenas calificaciones en la escuela, pueden minar la alegría de aprender por el simple gusto de hacerlo e incluso pueden propiciar la trampa.
Muchos economistas no están de acuerdo, y sus opiniones con frecuencia se imponen en el mercado educativo. En muchas ciudades estadounidenses ya se llevan acabo programas de recompensas que les pagan a los estudiantes. En algunos lugares, los estudiantes pueden llevarse a casa cientos de dólares por tomar un curso de Advanced Placement (programa que ofrece cursos universitarios a alumnos de preparatoria) y obtener una buena calificación en el examen.