Jugar compulsivamente es un síndrome de dependencia. Un ludópata argentino cuenta su experiencia

Jugar no es malo. Más aún, el juego es parte del proceso de maduración y aprendizaje de las personas. El problema es cuando se convierte en un síndrome de dependencia conocido como ludopatía.

Se trata de una patología que desde 1992 es reconocida como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud.

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