Con ocasión de la reciente ratificación por el Reino Unido de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, Kathryn Senior informa sobre el acceso a la atención de salud de las personas con trastornos de salud mental.
Once años después de que se le diagnosticara esquizofrenia, Mandi, hija de Marita, sufrió intensas cefaleas y comenzó a caerse sin motivo. Mandi y sus padres describieron estos síntomas, cada vez más acusados, a sus médicos durante más de cuatro años, pero jamás se le realizó una tomografía axial computarizada (TAC) ni ninguna otra prueba. Marita recuerda que «se limitaron a explicar los síntomas de Mandi como efectos de su medicación, o como la evolución de su enfermedad, sin prueba alguna de que fuera así».
El médico generalista que llamó al hogar de Mandi tras haberse desmayado una mañana, le recetó paracetamol y diazepam, y la citó en el consultorio el lunes siguiente. Según explica Marita, «el lunes se desconectó el respirador que mantenía a Mandi con vida, tras haber sangrado el tumor cerebral que ocupaba la mitad de su cráneo».