Es la simple falta de fuerza de voluntad lo que hace irresistible a la comida grasosa, ¿o hay fuerzas más profundas en juego?
Fascinantes investigaciones recientes sugieren lo segundo. Los científicos en California e Italia informaron en julio que, en ratas alimentadas con alimentos grasos, el cuerpo inmediatamente liberaba químicos naturales similares a la marihuana en los intestinos, que los hacía querer más.
Varios estudios recientes le añaden una nueva complejidad al debate sobre la obesidad, al sugerir que ciertos alimentos provocan poderosas reacciones químicas en el cuerpo y el cerebro. Es cierto que la gente sube de peso porque consume más calorías de las que quema, pero esas compulsiones podrían ser resultado de sistemas biológicos sobre los cuales no tienen control.