Síndrome del nido vacío: cómo arreglárselas cuándo los hijos dejan el hogar

Con todas las pruebas y adversidades que llegan con la crianza de los hijos, muchos padres bromean con que no pueden esperar a que sus hijos crezcan y salgan de la casa. Pero cuando ese momento finalmente llega, algunos padres se encuentran tristes, solos e incluso deprimidos . Aquí está cómo prepararse y cómo arreglárselas con sus sentimientos cuando los hijos abandonen el nido.

Viviendo con un nido vacío

Cuando la mayor de las dos hijas de Nancy Hebert salió de casa para ir a la universidad, fue una transición relativamente fácil para Nancy, porque su hija asistió a una universidad local, a unos cuantos minutos de distancia.

«La extrañaba, pero no era un cambio de estilo de vida muy grande,» dice la secretaria legal de 49 años de edad de Rhode Island.

Pero cuando su hija menor se unió unos pocos años después a la Fuerza Aérea, el mundo entero de Nancy parecía ponerse al revés. «Me desbaraté,» ella dijo. «Estaba sorprendida de lo difícil que fue para mí.»

Debido a que el síndrome del nido vacío no es un diagnóstico médico clínico, es difícil encontrar estadísticas de cuánta gente lo experimenta. Pero a medida que los hijos de los personas nacidas en los años siguientes a la 2ª Guerra Mundial crezcan y dejen el hogar, está claro que millones de padres pueden identificarse con la historia de Nancy.

Aprendiendo sobre los síntomas

Mientras las circunstancias específicas varían de familia en familia, los sentimientos de los padres también varían. Estos pueden incluir:

Tristeza

Soledad

Vacío

Inutilidad o ya no tener un propósito en la vida

Culpa (por ejemplo, si la relación con el hijo fue tensa antes de que él o ella se fuera)

En algunos casos, los padres pueden experimentar síntomas asociados con depresión clínica o trastorno de adaptación, incluyendo:

Dificultad para concentrarse

Fatiga o falta de dinamismo

Incapacidad de buscar u obtener placer

Cambios en los patrones alimenticios

Preocupación excesiva o ansiedad

Indecisión

La gente que experimenta alguno de estos síntomas debe ver a su médico.

Aceptando la pena

Una de las primeras y más importantes cosas que los padres deben hacer si están teniendo dificultad con el nido vacío, dicen los expertos, es reconocer que han experimentado una pérdida y que está bien sufrir esa pérdida.

«Es una forma real de pérdida,» dice Sandy Wasserman, co-autora, con Lauren Schaffer, de 133 Ways to Avoid Going Cuckoo When the Kids Fly the Nest . Wasserman y Schaffer, ambas madres que han sufrido del síndrome del nido vacío, argumentan que «la cantidad de tiempo que invirtió en la relación (con los niños) es proporcional a cuánto sufre una vez que ellos se van.»

Buscando apoyo

Un paso igualmente importante que los padres deben adoptar para hacer frente a su pérdida es buscar apoyo externo, dice Robert L. Smith, PhD, director ejecutivo de la International Association of Marriage and Family Counselors. El Dr. Smith recomienda comprometer la asistencia de amigos, familia o comunidades o grupos religiosos.

Y «si alguien está realmente decaído y tal vez muestre signos de depresión clínica, deben definitivamente buscar la ayuda de un consejero,» dice el Dr. Smith.

Preparándose mientras el nido está aún lleno

Una manera para disminuir potencialmente el golpe cuando los chicos se van es prepararse para esto antes de que suceda.

«Es útil empezar a prepararse y reconocer el avance,» dice el Dr. Smith, quien recomienda que todos los miembros de la familia comuniquen sus sentimientos con respecto a los cambios inminentes del estilo de vida.

Wasserman recomienda que los padres se involucren particularmente en el último año de la secundaria de sus hijos y traten de «disfrutar el proceso del niño que empieza a irse .»

Es también importante, dice el Dr. Smith, para los padres que tengan actividades o intereses además de aquellos relacionados con los hijos. Wasserman y Schaffer lo ponen más sin rodeos: «Tenga una vida.» Esto puede significar un trabajo, un trabajo voluntario o pasatiempos o actividades que no tengan nada que ver con la crianza de los hijos, para que cuando los chicos se vayan, no sea como si las vidas enteras de los padres se fueran.

Cambiando el enfoque

Centrarse en los aspectos positivos de un nido vacío puede también ayudar a que los padres lidien con su tristeza.

Un aspecto positivo es tener más tiempo para dedicarse a actividades para las que pudo no haber tenido suficiente tiempo antes, tales como viajar, hacer trabajo voluntario o pagado o un nuevo pasatiempo. Por ejemplo, cuando los hijos de Wasserman se fueron, aprovechó la oportunidad de perseguir una pasión de toda la vida: aprender a tocar la mandolina.

Hebert ha incluso disfrutado algunos «beneficios» de un nido vacío, incluyendo no escuchar el teléfono sonar todo el tiempo y no preocuparse sobre a qué hora llegarán sus hijas a casa.

Quizás lo más importante que Schaffer y Wasserman quieren que los padres recuerden es que si sus hijos están listos y dispuestos a volar del nido, es normalmente una reflexión de ser buenos padres.

«Si están listos para irse,» dice Wasserman, «entonces hemos hecho un buen trabajo.»

Jennifer Hellwig, MS, RD | Baptist Health Systems