Inteligencia artificial recupera su encanto
Mountain View, California — La idea de que sistema computacional con conciencia de sí mismo surgiría espontáneamente de las interconexiones de miles de millones de computadoras y redes se remonta a la ciencia ficción, al menos al libro «Dial F for Frankenstein», de Arthur C. Clarke. Un cuento profético publicado en 1961 que predijo una red telelefónica cada vez más interconectada que actúa de manera espontánea como un bebé recién nacido y lleva al caos global, al apoderarse de los sistemas militares, financieros y de transporte.
Hoy en día, la inteligencia artificial, que antes era propiedad exclusiva de autores de ciencia ficción y prodigios excéntricos de la computación, está de nuevo en boga y llama seriamente la atención de la NASA y de compañías de Silicon Valley como Google, así como de una serie de empresas nuevas que diseñan desde motores de búsqueda de la siguiente generación, hasta máquinas que escuchan o son capaces de recorrer el mundo.