Fascinación pública con celebridades no es un fenómeno moderno, según psicólogos

mjackson05La fascinación del público con las celebridades no se trata de un fenómeno moderno, según expertos psicólogos

Al observar a las legiones de admiradores que están de luto por la muerte de Michael Jackson, se podría pensar que la admiración por las celebridades se trata de un fenómeno moderno, pero los psicólogos señalan que, desde los dioses del Olimpo en la antigua Grecia hasta las adolescentes que se desmayaban por Frank Sinatra a finales de los 30 y los 40, hasta Brad y Angelina hoy en día, la adulación de las estrellas es una antiquísima tradición.

La muerte repentina de Michael Jackson a los 50 años de edad, apenas semanas antes de que iniciara una importante gira de conciertos, capturó la atención del mundo. Y horas antes, la noticia de que Farrah Fawcett, el símbolo sexual de los 70, había muerto de cáncer anal, sorprendió a los estadounidenses, que la recordaban por su primer papel en la televisión en «Los Ángeles de Charlie», y más adelante como una valiente mujer que compartió los detalles íntimos de su batalla con la enfermedad.

Stuart Fischoff, editor principal de la revista Journal of Media Psychology y profesor emérito de psicología de los medios en la Universidad estatal de California en Los Ángeles, apuntó que la fascinación del público con las celebridades «podría parecer nuevo porque vivimos en una sociedad tan inmersa en los medios de comunicación, pero en realidad no lo es».

El Dr. John Lucas, profesor clínico asistente de psicología del Colegio médico Weill Cornell y psiquiatra asistente del Hospital Presbiteriano de Nueva York, señaló que las celebridades se conectan con las fantasías primordiales y las emociones básicas del público, sacan a la gente de sus vidas cotidianas y les hacen creer que cualquier cosa es posible y apuntó que en el caso de Jackson, con lo que parecieron ser varias cirugías plásticas y blanqueado de la piel, «la extrañeza resuena con nuestros propios deseos internos reprimidos, de inmortalidad, gratificación de impulsos sexuales y nuestro deseo de belleza imperecedera».

El experto en ética y psicología social, así como profesor de la Facultad de administración Kellogg de la Universidad Northwestern, Adam Galinsky declaró que los humanos son seres sociales y que mientras menos conectada se siente la gente, más recurre a las celebridades. «Se trata de una conducta muy adaptativa y funcional», apuntó.

«Lo que sabemos sobre ellos [las celebridades] a través de la revista People y otros medios de comunicación satisface un vacío profundo y doloroso en nuestras vidas», aseguró Lucas. La decreciente influencia de la religión incrementa esa sensación de vacío en la gente, añadió, haciendo que los logros y excentricidades de las estrellas, sus amores y tragedias, sean más que una forma de entretenimiento. Mayormente, el estatus de estrella provee una sensación de inmortalidad e invencibilidad, y «nos choca cuando muere», añadió Lucas.

Fischoff apuntó que opina que mostrar luto por la muerte de una estrella es perfectamente adecuado. Comentó que su propia esposa lloró al escuchar que Jackson había muerto. Con la muerte de alguien de la estatura de Jackson, «la historia cultural de la gente desaparece», advirtió. «Se siente que alguien a quien se quería ha muerto y la herida tarda en cerrarse». Si la emoción le embarga, Fischoff sugiere escribir o hablar sobre los sentimientos, con un amigo o en una grabadora. «Piense como si se tratara de la pérdida de un familiar y haga lo que corresponde», aconsejó. Aunque ya no estén aquí, los famosos muertos nos dejan su arte, «esos son los recuerdos», dijo.

El Dr. Alan Hilfer, director de psicología del Centro médico Maimonides en la ciudad de Nueva York está de acuerdo. «Cuando muere un famoso, la pérdida es personal, no porque lo conociéramos sino porque nos acompañaron mientras crecíamos y en nuestros momentos especiales», comentó.

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