Esos aparatos tecnológicos que tanto estiman las personas y que usan con una frecuencia casi adictiva son, para muchos, una bendición. Hacen más fácil y divertida la vida, pero también tienen un lado oscuro, y no se trata de sus elevados precios. Según un estudio realizado en Estados Unidos, nuestra pasión por la tecnología es nociva para la salud.
De acuerdo con la National Sleep Foundation (Fundación Nacional del Sueño), el 95% de los adultos estadounidenses usan un aparato electrónico en la hora que antecede su ida a la cama. Esto lleva ocurriendo desde la época dorada de la televisión, pero hoy en día la tendencia es mucho mayor dada la amplia variedad de aparatos que usamos y los diferentes tipos de experiencias que ofrecen.
La principal culpable de robar el descanso de los ‘tecnomaniacos’ es la luz que emiten nuestros gadgets y televisores. “La exposición a luz artificial entre el atardecer y el momento en que nos acostamos a dormir suprime la liberación de la hormona que promueve el sueño llamada melatonina, incrementa nuestro estado de alerta y desplaza los ritmos circadianos hacia una hora más tardía, haciendo que sea más difícil dormirse”, dijo el doctor Charles Czeislerdel, del Harvard Medical School and Brigham Women’s Hospital.
Si las cosas quedaran ahí, uno podría pensar que es muy malo ver TV en pantalla gigante antes de dormirse, pero que de pronto ver una película en un tablet o navegar la Red en el portátil –dos fuentes de luz artificial mucho menores que una pantalla de 50 pulgadas– no es tan grave. El problema es que si bien la villana principal es la luz artificial, su cómplice en el hurto de sueños es la atención que requiere cada aparato.
Según el estudio, aparatos como portátiles, tablets y smartphones pueden emitir menos luz, pero son más dañinos porque mantienen más alerta al usuario, causando que sea aún más difícil dormirse. También pueden causarle ansiedad al usuario mientras intenta descansar, pues muchos no apagan su celular o computador al dormir por esperar una llamada, un mensaje o que termine una descarga.
¿Se considera usted una víctima del insomnio ‘tecnoinducido’? ¿Qué tanto duerme diariamente y qué es lo que más lo mantiene despierto por las noches?