La identificación temprana de los problemas de aprendizaje en los niños es fundamental para dar respuesta lo antes posible a las necesidades que presentan los niños con algún trastorno en su desarrollo. Existen ciertos factores de riesgo para sufrir problemas de aprendizaje, aunque no sean determinantes.
Los problemas o retrasos se identifican como patrones atípicos en el desarrollo de las habilidades cognitivas, comunicativas, motoras y sensoriales y de ajuste social que pueden afectar negativamente el rendimiento educativo posterior.
Las dificultades de aprendizaje se definen como un grupo de trastornos de origen neurológico que se manifiestan de manera diferente y en distinto grado en cada persona. Lo que tienen en común, a pesar de que el ritmo de desarrollo de cada niño es diferente, es que generalmente se presentan en los primeros años de vida y pueden persistir en la vida adulta.
Los primeros indicadores de las dificultades de aprendizaje son los retrasos en la aparición y desarrollo del habla, en la coordinación motora, en la percepción y en la interacción social.
Factores de riesgo para los problemas de aprendizaje
Afecciones perinatales bajos puntajes en Apgar, bajo peso al nacer y / o el parto prematuro, hospitalización por más de 24 horas en una unidad de cuidados intensivos neonatales, dificultad para succionar, succionar y tragar; la otitis media crónica que puede resultar en la pérdida de audición intermitente.
Genética o condiciones ambientales antecedentes familiares de dificultades de aprendizaje, adopción, antecedentes familiares de retrasos en el habla, la exposición a toxinas ambientales u otras sustancias nocivas, pobreza.
Acontecimientos importantes del desarrollo el retraso en las habilidades cognitivas, que no demuestra la permanencia del objeto, comprensión limitada de las relaciones entre medios y fines (por ejemplo, usar un taburete para llegar a un tarro de galletas), la ausencia de juego simbólico.
Retraso en la comprensión y/o expresión del lenguaje hablado vocabulario limitado, reducción del vocabulario expresivo (“habladores tardíos”), dificultad para entender instrucciones simples, carencia de prosodia en el habla, habla inteligible, escasos intentos de comunicación.
Retraso en la percepción y habilidades motoras los problemas en la coordinación motora gruesa o fina (por ejemplo, saltar, vestirse), dificultad para colorear, y dibujar.
La atención y el comportamiento distracción / falta de atención, impulsividad, hiperactividad, dificultad para cambiar las actividades o las interrupciones a las rutinas; perseverancia (es decir, la repetición constante de una idea).
Factores de protección para los problemas de aprendizaje
El acceso a una atención de calidad prenatal, perinatal y postnatal, la educación materna y paterna, alta calidad de las oportunidades de aprendizaje: la exposición a un vocabulario rico y variado, y correcto en la sintaxis y los patrones de discurso.
También son factores de protección la adecuación a los entornos de aprendizaje sensibles a los orígenes culturales y lingüísticos; el acceso a materiales escritos; la participación en las distintas interacciones grupales y en las actividades que impliquen el desarrollo de las destrezas motoras gruesas y finas.
Otros soportes son la asistencia adaptada a la capacidad de respuesta del niño a la instrucción e intervención, el acceso a los servicios de salud, la planificación de la transición entre los servicios de intervención temprana (desde el nacimiento hasta los tres años del niño) y programas preescolares (de tres a cinco años), y entre la escuela infantil y primaria.
En definitiva, la identificación temprana de los problemas de aprendizaje es fundamental para su tratamiento y superación, y habremos de estar atentos al desarrollo del niño y a los factores de riesgo, aunque éstos no sean sinónimo de problema en muchos casos, especialmente si se dan de modo aislado.