Contiene entre 35 y 65 miligramos de THC (tetrahidrocannabinol), ingrediente psicoactivo del cannabis
No es el primer refresco de marihuana que se vende en EE.UU., pero la «Canna Cola» llegará a las tiendas de Colorado en febrero junto con una refinada campaña de mercadotecnia que pretende convertirla en el más popular sustitutivo del cannabis.
Cada botella de la bebida costará de 10 a 15 dólares y contiene entre 35 y 65 miligramos de THC (tetrahidrocannabinol), el ingrediente psicoactivo del cannabis, informó hoy la edición digital de la revista Time.
Su creador es el empresario californiano Clay Butler, que asegura que nunca ha fumado marihuana y que ideó la bebida por su «firme creencia de que los adultos tienen un derecho inalienable a pensar, comer, fumar, ingerir o vestirse con lo que quieran», dijo en una entrevista con el diario Santa Cruz Sentinel.
Para distinguir su producto de otros basados en la marihuana, como el refresco «Mary Jane’s Relaxing Soda» que comenzó a venderse en California el año pasado, Butler ha recurrido a su experiencia como empresario, a un creativo logo que muestra una hoja de marihuana formada por burbujas y a cinco variedades distintas.
Al sabor de cola, que lleva el nombre de la propia marca, se le une otro de lima-limón llamado «Sour Diesel», los de uva «Grape Ape» y naranja «Orange Kush», y el inspirado por la popular bebida Dr. Pepper, «Doc Weed».
Según Scott Riddell, fundador de la empresa Diavolo Brands, que comercializará la bebida, los niveles de THC de la «Canna Cola» estarán bastante por debajo de los niveles de bebidas que ahora están en el mercado, y su efecto es similar al de una «cerveza suave».
«Tiene un sabor suave a marihuana, pero ese factor es muy descartable si lo comparamos con otros competidores que tienen tres veces el nivel de THC de nuestra bebida. Con esos niveles, se queda un sabor de boca muy fuerte después de beberla», dijo Riddell al Sentinel.
Para el creador de la «Canna Cola», su llegada al mercado puede incluso añadir un nivel de «distinción» a los productos fabricados a base de cannabis, cada vez más populares en California, donde su uso con fines médicos es legal.
«Si echamos un vistazo a los productos de marihuana que hay ahí fuera, parecen hechos para mamá y papá, o para hippies, o de mala muerte», dijo Butler al Sentinel. «Parece que si pueden añadirles todos los colores del arcoiris, lo hacen. Si pueden añadir las fuentes más inadecuadas e ilegibles para sus logos, lo harán», señaló.
EFE