Desde hace poco menos de una década, el 2 de abril constituye para mí y gran parte de mi círculo de colegas más cercanos, un día emotivo, de muchos colores, entre los que prevalece el azul; un día para el cual nos preparamos con antelación, programando artículos, charlas, entrevistas, conferencias magistrales, material educativo, actividades artísticas, todo con la finalidad de poner en el tapete, en la mira de la sociedad, los desafíos de la población que vive con el Trastorno del Espectro Autista y sus familias.
Este encuentro está dirigido a profesionales de la salud, educadores, terapeutas, instituciones de apoyo y familiares de personas con síndrome de Down y trastorno del espectro autista, con la finalidad de aportar un panorama actual y orientar programas y líneas de intervención que contribuyan a la atención especifica de estas condiciones.