El último experimento del reconocido neuroeconomista Paul J. Zak señala que bastan 10 minutos en Twitter u otra red social para que aumente nuestro nivel de oxitocina, la hormona de la empatía y los lazos sociales
Nada de raro que Twitter, una de las redes sociales más populares del momento, haya colapsado después de cada gol en los partidos más esperados del Mundial de Sudáfrica. Claro, en momentos de euforia, lo único que queremos es compartir con otros nuestra emoción y contagiarlos, una tarea que Twitter facilita enormemente. Pero lo que hoy se investiga es un nuevo efecto: cómo, lejos del estigma de aislamiento y frialdad que persigue a las redes virtuales, relacionarnos a través de éstas nos haría no sólo compartir, sino también experimentar emociones intensas.

La creatividad es muy similar a la locura, dicen científicos que han estado estudiando la forma en la que opera la mente
¿No sería un alivio finalmente entender lo que está sucediendo detrás de esos ojos bonitos? ¿Por qué, por ejemplo, la mujer de su vida en un momento se encuentra serena, y apocalíptica al siguiente? ¿Cómo puede recordar detalles sobre su vida que ni siquiera usted recuerda? ¿Y que cuando se toma todo tan personal? Toma notas sobre la química del cerebro femenino. He aquí cómo adaptar su cortejo a su corteza, hipocampo, etc.
Una visión única de ocho artistas fundamentales de la modernidad
Me encanta leer historia, y los estantes en mi sala están llenos de libros. El problema es que, por mucho que he disfrutado mis libros, realmente no recuerdo haber leído ninguno. Desde luego, conozco los puntos principales. Pero ¿Acaso no retuve nada más, después de subrayar todas esas partes interesantes? Es exasperante y no tan inusual para un cerebro de mediana edad: no sólo se me olvidan libros enteros, sino películas que acabo de ver, desayunos que acabo de comer, y los nombres, ¡ay! Soy pésima para los nombres.
