Hacer cosas a las que no estamos acostumbrados es lo que nos lleva a aprender y a crecer como personas
Estás en una discoteca. Ves a un grupo de chicas, y entre ellas te llama la atención una chica preciosa: es totalmente tu tipo, y desearías acercarte a ella para decirle algo, para entablar conversación con ella, para conocerla.
Sin embargo… te pones nervioso, tu pulso se empieza a acelerar, tu mente empieza a jugar en tu contra, y al final acabas yendo a la barra a por una copa. Cuando vuelves, las chicas ya se han ido. Suspiras aliviado, ¡ellas han decidido por ti! Ya no tienes que tomar la terrible decisión de entrar. Tu pulso se normaliza y te vuelves a sentir cómodo.
Una parte de tu cerebro murmura “en realidad debería entrar, la próxima vez entro”. Pero en el fondo te sientes mejor, como si te hubiesen quitado un peso de encima. Porque te has quedado en tu Zona de Confort.
«El Valor no es la ausencia de Miedo, sino la habilidad de enfrentarse a él» John Putnam
Las personas estamos acostumbradas a la rutina más o menos nos levantamos a la misma hora, desayunamos lo mismo, vamos al trabajo por el mismo camino, curramos en lo mismo, hablamos con la misma gente. Nuestra vida tiene un esqueleto básico sobre el que hay, a veces, cambios menores. Con esa disposición nos sentimos cómodos, y si nos cambian algo nos descuadran un poco los esquemas.
Por ejemplo si de diario eres un oficinista aburrido, seguramente si te dicen que te apuntes a hacer puenting seguramente un escalofrío te recorra la espalda y te pongas nervioso. Para un paracaidista del ejército, “sólo” hacer puenting puede ser una actividad aburrida. Para el primero es una cosa que está fuera de su zona de confort, para el segundo, es una cosa que está bastante dentro.
La Zona de Confort es el conjunto de creencias y acciones a las que estamos acostumbrados, y que nos resultan cómodas. Aquello que está dentro de nuestra zona de confort lo podemos hacer muchas veces sin mayor problema y no nos produce una reacción emocional especial; en cambio, lo que está fuera de nuestra zona de confort nos incomoda, nos produce un cierto rechazo, nos provoca ansiedad o nerviosismo, nos da palo.
Tiene un sentido evolutivo muy claro: no hacer cosas que nos son extrañas, para las cuales no nos consideramos totalmente capacitados, y que posiblemente nos van a poner en peligro. Si no nos ponemos en peligro estaremos seguros, así que cuando permanecemos dentro de la Zona nos da una sensación reconfortante de seguridad, como el chico del ejemplo que no aborda al grupo de chicas. La desventaja es que si permanecemos dentro de la zona, estamos estancados, no progresamos.
Salir de la Zona de Confort es una actividad muy importante para crecer como personas. Mientras que la mayoría de la gente se estanca, porque no les gusta cambiar sus rutinas, aquellos que de verdad persiguen sus sueños y están dispuestos a conseguirlo, saben que para lograrlo tienen que romper con sus hábitos, enfrentarse a sus temores, y hacer cosas que jamás pensaron que se atreverían a hacer.
Imagina a un chico que no sabe nadar, en verano baja a la piscina y se pasa el día en el cesped o se mete sólo donde el agua no le cubre. Sus amigos le dicen que aprenda a nadar, pero a él no le apetece. Seguramente porque le da vergüenza meterse en el agua a chapotear como un pato herido, o apuntarse a clases con señoras mayores y niños pequeños. Pues nada, lo que podría haber solucionado solo con un poco de empeño, probablemente sea un problema que arrastre toda su vida. Y todo por que es mas cómodo quedarse sentado en el cesped fumando un cigarro que meterse en el agua a luchar por estar a flote a la vista de todo el mundo.
En la Seducción, Salir de la Zona de Confort es una parte muy importante del Miedo a Entrar. Normalmente nos cuesta trabajo hablar con las chicas simplemente porque no estamos acostumbrados. Por eso nos ponemos nerviosos y nuestra mente empieza a inventarse excusas para hacernos desistir de la idea: porque nos sentimos incómodos con la perspectiva de entablar conversación con una chica guapa desconocida.
Es una de las formas más efectivas de mejorar nuestro Juego Interno. Igual que levantando pesos cada vez más pesados nuestros músculos se fortalecen, para afianzar nuestra personalidad y nuestros marcos mentales tenemos que hacer cosas a las que no estamos acostumbrados, que nos causan miedo, vergüenza o incomodidad. Haciendo cosas a las que no estamos acostumbrados, además de vivir muchas nuevas experiencias, se nos irá abriendo la mente e iremos solidificando nuestra personalidad.
La forma más rápida de salir de nuestra zona de confort es pensar en algo que nunca hayamos hecho, y hacerlo. ¡Así de sencillo! Aquí van una serie de ideas
Viaja, preferiblemente al extranjero, y si es un sitio donde no conozcas el idioma local, ¡mejor!
Aprende una habilidad nueva, mejor si es de un campo que no es tu fuerte: practicar un deporte nuevo, tocar un instrumento musical…
Atrévete a hablar en público, delante de un audiencia numerosa
En general, piensa qué es lo que haces habitualmente e intenta hacer cosas diametralmente opuestas, a las que no estés acostumbrado. Por ejemplo si normalmente sales por clubs más tranquilos, vete a una discoteca de ruido ensordecedor. Si te gusta el rock, aprende a bailar salsa. Sal con gente distinta a tu grupo de amigos de siempre. Si un viernes no tienes plan, ponte guapo y sal tú solo.
Por supuesto todo esto se aplica también a la seducción, ahí tienes muchas formas de salir de tu zona de confort. Si tienes miedo de entrarle a las chicas, ¡entra a las chicas!, si tienes miedo de abordarlas por la calle, ¡abórdalas por la calle!, si te asustan los grupos grandes, ¡aborda grupos grandes!, si te asustan las que están muy muy buenas, ¡aborda a las que están muy muy buenas!
Ah, y una cosa más: si sales de tu zona de confort constantemente, al final, el hecho de salir de tu zona, estará dentro de tu zona. Es decir, te acostumbrarás a hacer cosas a las que no estás acostumbrado. De hecho empezará a aburrirte soberanamente el hacer siempre lo mismo, la vida rutinaria ya no será para ti, y siempre estarás buscando nuevas experiencias.
Tendrás mucha seguridad en ti mismo porque tu zona de confort es muy amplia, y además tendrás un espíritu intrépido y aventurero porque siempre andarás buscando nuevas y excitantes experiencias que probar. ¡Dos rasgos muy masculinos y muy atractivos! Ten por seguro que cuando llegues a este punto, además, verás la vida desde otra perspectiva: te apetecerá mucho menos vivir una vida segura y lánguida, que una serie de experiencias profundas e intensas.