En todo el mundo, decenas de millones de personas buscan refugio desesperadamente, muchas de ellas lejos de sus hogares y arriesgando más, si cabe, su seguridad. Los migrantes y refugiados se enfrentan a obstáculos físicos y barreras burocráticas enormes. Por desgracia, también están expuestos a violaciones de sus derechos humanos y a la explotación de los traficantes de personas.
Los traficantes de personas se aprovechan de los más desesperados y vulnerables. Para poner fin a esta práctica inhumana, debemos hacer más para proteger a los migrantes y refugiados, sobre todo a los jóvenes, las mujeres y los niños, de quienes se aprovechan de su deseo de alcanzar un futuro mejor, más seguro y más digno. Debemos regular la migración de forma segura y sobre la base de los derechos, crear suficientes vías accesibles para la entrada de migrantes y refugiados y, en última instancia, resolver las causas fundamentales de los conflictos, la pobreza extrema, la degradación ambiental y otras crisis que obligan a las personas a cruzar fronteras, mares y desiertos.
La Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Refugiados y los Migrantes, que se celebrará en Nueva York el 19 de septiembre de 2016, girará en torno a estas cuestiones. El objetivo de la reunión es, entre otros, renovar el compromiso de intensificar los esfuerzos para combatir la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes y refugiados, dar protección y asistencia a las víctimas de la trata y el tráfico abusivo, así como a todos los que sufren violaciones y abusos de sus derechos humanos en el curso de grandes desplazamientos, y promover el respeto del derecho, las normas y los marcos internacionales.
Exhorto a todas las naciones, ya sean países de origen, de tránsito o de destino, a que reconozcan esta responsabilidad común. Como primer paso, debemos contar con una sólida base jurídica para poder tomar medidas. Aliento a todos los Estados a que adopten y apliquen la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y su protocolo sobre la trata de personas, así como todos los instrumentos internacionales básicos de derechos humanos.
En el Día Mundial contra la Trata de Personas, insto a que se renueve el compromiso de proteger, respetar y hacer que se cumplan los derechos humanos de todos los migrantes y refugiados. Crear y mantener procedimientos de asilo y migración basados en los derechos humanos, que ofrezcan seguridad y estén bien administrados será un paso importante para poner fin a la abominable práctica de sacar provecho de la desesperación y el sufrimiento humanos.
Ban Ki-moon