Las actividades del Día Mundial contra el Cáncer, que siempre ofrecen la oportunidad de movilizar al mundo, han cobrado un impulso especial este año con la reciente aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuya finalidad es promover una vida digna para todos.
En los Objetivos de Desarrollo Sostenible que hicieron suyos todos los gobiernos se exhorta a reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles. Este objetivo se basa en un compromiso histórico asumido por los Jefes de Estado en 2011. Nos sirven de guía también la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente y el movimiento «Todas las mujeres, todos los niños» que la pone en la práctica, pues tienen por objeto crear sistemas de salud más sólidos, establecer la cobertura sanitaria universal y ampliar las intervenciones que salven vidas en el marco de programas integrales de prevención y lucha contra el cáncer.
Debemos esforzarnos más para acabar con las múltiples tragedias que desata el cáncer. Alrededor de una tercera parte de todos los cánceres es prevenible, y otros tipos pueden curarse con el diagnóstico y el tratamiento tempranos. Incluso cuando el cáncer está en una etapa avanzada, los pacientes deben recibir cuidados paliativos.
El cáncer aflige a todos los países, pero los que tienen menos recursos resultan más afectados. Y no hay mejor ejemplo de ello que el flagelo del cáncer cervicouterino: en los países más pobres del mundo se registran 8 de cada 10 nuevos casos de cáncer cervicouterino y 9 de cada 10 muertes de mujeres por esta enfermedad.
Sin dejar de celebrar los éxitos logrados en la detección del cáncer cervicouterino en muchos países de altos ingresos, tenemos la responsabilidad de reproducirlos en los Estados de bajos ingresos, donde el cáncer del cuello del útero sigue siendo uno de los tipos de cáncer más comunes entre las mujeres.
Hoy día contamos con los conocimientos, la experiencia y los medios necesarios para proteger a todas las mujeres en todas partes del mundo. La prevención amplia del cáncer cervicouterino comprende la vacunación para proteger a las niñas de futuras infecciones por el virus del papiloma humano (VPH), medidas de detección y el tratamiento preventivo de lesiones precancerosas.
El lugar donde vive una persona no debe determinar el riesgo de desarrollar un cáncer o de morir por esta causa. Debemos trabajar juntos para erradicar el cáncer cervicouterino como un problema de salud pública y reducir la carga de morbilidad por cáncer de todos los tipos que afecta a millones de personas.
En el Día Mundial contra el Cáncer, como parte de nuestro empeño por no dejar a nadie atrás, decidámonos a poner fin a la injusticia que sufren los afectados por una enfermedad que puede prevenirse.
Ban Ki-moon