Los celos: cómo explicar al niño que llega un hermanito

Panza embarazoLas palabras sencillas son la mejor manera de explicar al niño que pronto tendrá un hermanito. La clave está en hacerle comprender que le seguiréis queriendo e involucrarle al máximo.

Cuando va a llegar un hermanito, es importante prometer al niño y hacerle entender que siempre tendrá un lugar de honor en el corazón de los papás y en la familia.

Además, la mejor manera de prevenir los celos es involucrarle lo antes posible en el cuidado del recién nacido, para que se sienta importante.

Estos son algunos de los consejos que ofrece la psicóloga Ana Oliverio sobre cómo se pueden aplacar los celos:

¿El anuncio debe ser una confidencia entre la mamá y su hijo o es mejor que mamá y papá juntos le den la noticia?

.

«Si son los dos, mejor», aconseja la psicóloga, «porque se comunica al niño la idea de que ambos lo involucran. En caso contrario, el pequeño podría interpretar la presencia de una sola persona de una forma poco clara y pensar que papá aún no sabe nada».

¿Con el nacimiento de otro hijo, también el papel del papá puede cambiar en las relaciones con el primogénito?

«Con el nacimiento del segundo hijo, la relación entre el papá y el primogénito cobra una gran importancia. Será el papá quien se ocupará más atentamente del hijo mayor, quien lo llevará a la clínica o al hospital y quien lo mimará cuando esté celoso».

Y después de habérselo dicho, ¿qué hay que hacer?

«Es necesario hacer que se sienta importante: éste es el único secreto. Junto a frases como «hemos decidido tener otro hijo que jugará contigo», hay que insistir en el hecho de que esto no comportará una pérdida de atención hacia él».

¿Es posible «preparar» al niño para que acoja al hermanito incluso antes de que sea concebido?

«Es fundamental enseñarle a compartir el espacio, el tiempo y los mimos desde pequeño. Y también hay que considerar sus celos como algo normal, humano», explica la doctora Ana Oliveiro.

«En el fondo, se trata del miedo a perder algo que queremos, una reacción totalmente natural. Nos sucede a nosotros, los mayores, ¿cómo no les va a suceder también a los niños?», añade.

Ana Oliverio | Mi bebé y yo