MARINE EN ST. CROIX, Minnesota – Desde el pasillo, el salón donde Abby Brown enseña sexto de primaria, en una pequeña escuela a una hora en auto al noreste de Minneapolis, parece típico, con una bandera estadounidense al frente y colorido material gráfico de los alumnos decorando las paredes.
Pero en su interior se desarrolla un experimento que la sitúa entre las aulas menos ortodoxas de escuelas públicas en Estados Unidos, y los alumnos no sólo estudian, sino que también son estudiados. A diferencia de los estudiantes de casi todas partes, los del grupo de Brown no tienen que sentarse y estar quietos. Se les permite pararse y moverse durante toda la clase si así lo quieren. Y eso hacen.
Los alumnos en la clase de Brown, y en algunos otros en la Escuela Primaria Marine y otras escuelas cercanas, utilizan un tipo de pupitre con altura ajustable, que les permite a los alumnos estar de pie mientras trabajan. Brown diseñó el pupitre con la ayuda de una compañía de muebles ergonómicos de la localidad, hace dos años. La popularidad del pupitre «de pie» entre alumnos y maestros se ha extendido por todo Estados Unidos.
«A veces, cuando estoy muy cansado, me siento, pero la mayor parte del tiempo me gusta estar parado», dijo Nick Raboin, de once años. Los pupitres de pie tienen descansa pies y bancos ajustables que les permiten a los niños alternar entre estar sentados y de pie, cuando prefieran.
Con varias aulas llenas de pupitres de pie, la Primaria Marine va a la vanguardia de una idea que los expertos dicen que sigue ganando impulso en la educación: que los muebles deben ser vistos con tanta seriedad como la enseñanza, particularmente en vista del aumento en los niveles de obesidad de los niños en Estados Unidos y la disminución de educación física y recreos.
Dos estudios que se realizan en la Universidad de Minnesota utilizan los datos recabados del salón de clases de Brown, así
como de otros en Minnesota y Wisconsin que utilizan los nuevos pupitres. Los alumnos estudiados también son monitoreados cuando usan pupitres tradicionales y los investigadores intentan hallar diferencias relacionadas en actividad física y logros académicos.
Pat Reisenger, directora de la Fundación de Educación de Minnesota, un organismo del sindicato de maestros que le otorgó a la Primaria Marine su primera subvención para comprar pupitres de pie, espera los resultados de los estudios. Los nuevos escritorios se han «convertido, para ser hónesta,
en una especie de moda», dijo Reisenger.
«Estamos hablando de muebles», indicó, «simples muebles. Si es así de sencillo y si resulta que tienen los impactos positivos que todos esperan, ¿no sería algo maravilloso?