Estrategias para hacer rendir dinero destinado al SIDA

El Banco Mundial proporciona a los países ayuda a largo plazo para prevenir eficazmente nuevas infecciones de VIH, atender y tratar a las personas contagiadas y mitigar las devastadoras consecuencias socioeconómicas de esta epidemia en las familias y comunidades afectadas.

La institución destinó casi US$1.000 millones en forma de donaciones, préstamos y créditos a los programas de lucha contra el VIH/SIDA en los últimos tres años. Desde 1988, el financiamiento total para este fin suma más de US$4.200 millones.

El Programa Multinacional de Lucha contra el VIH/SIDA (MAP, por sus siglas en inglés) para África entregó US$1.900 millones a 35 países, apoyo que incluye cinco iniciativas subregionales (multinacionales).

Hoy, la crisis económica mundial pone en riesgo esfuerzos cruciales de prevención así como la expansión del acceso a tratamiento antirretroviral para salvar la vida de cuatro millones de personas. La capacidad de los gobiernos de mantener programas contra el SIDA se ve seriamente comprometida a causa de la disminución de la ayuda externa para combatir la epidemia, la merma en los ingresos fiscales y en los flujos comerciales y financieros y la depreciación cambiaria. La pérdida de empleos e ingresos y el deterioro de la seguridad alimentaria afectan el acceso de las familias a tratamientos y programas de prevención.

El Banco coordina sus actividades con países, organismos de desarrollo y otros asociados para ampliar la prevención, tratamiento y atención de personas infectadas con VIH.

El SIDA aún significa un enorme desafío para el desarrollo. De hecho, la mayoría de los 33 millones de infectados en 2007 vivía en países en desarrollo. La epidemia se propagó a todos los rincones del mundo, infectó a más de 50 millones de personas y cobró la vida de otros 20 millones.

Este mal afecta el desarrollo de manera muy particular: es la única de las enfermedades más importantes que ataca preferentemente a adultos en la etapa de mayor productividad (jefes de hogar, padres y madres y personas que cuidan a otras). Producto de ella, existen más de 15 millones de huérfanos, de los cuales 12 millones viven en África al sur del Sahara.

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) publicará en diciembre su actualización sobre la epidemia, donde se revelará si el total de nuevas infecciones por VIH y muertes causadas por el SIDA sigue retrocediendo. Si bien el acceso a tratamiento aumentó enormemente y ahora llega a cuatro millones de personas, más del doble que en 2006, muchos millones más todavía necesitan atención y la cobertura es muy desigual entre las naciones (fluctúa desde menos de 5% hasta más de 90%).

Hoy, la epidemia sigue avanzando más rápido que la capacidad de respuesta. Por cada dos personas que comienzan a recibir atención de por vida, otras cinco se infectan. Por otra parte, la crisis mundial afecta el financiamiento de programas de tratamiento y prevención y amenaza los progresos alcanzados a costa de tanto esfuerzo.

La región de África al sur del Sahara sigue siendo la más afectada por la epidemia, con el 68% del total de nuevas infecciones. Los niveles de VIH son excepcionalmente altos en los países del sur de la región. Más de 70% de las camas de hospital están ocupadas por causas relacionadas con el SIDA y el VIH incrementó la tuberculosis (TB) entre 250% y 400%. Incluso en naciones con una baja incidencia global del virus, el SIDA puede ser una pesada carga: por ejemplo, es la causa más importante de muerte prematura en Tailandia y China.

Pese a la percepción de que los fondos para combatir el mal son suficientes, la verdad es que cada vez faltan más recursos. El financiamiento es inestable, incierto y limitado, tanto en el caso de las actividades financiadas como en los países que reciben apoyo. Dado que los presupuestos no siguen el ritmo de la expansión del tratamiento, la prevención del VIH podría verse desplazada, a pesar de ser absolutamente indispensable para mantener los tratamientos.

Asistencia del Banco

El Banco Mundial es una de las tres principales fuentes de financiamiento de los programas de lucha contra el VIH/SIDA. En los últimos tres años (ejercicios de 2007 a 2009), comprometió recursos por casi US$1.000 millones para programas nacionales y regionales. Además de vastos programas multinacionales en África, el Caribe y Asia central, la institución tiene iniciativas especiales para combatir la epidemia en todas las regiones. Muchos proyectos del sector salud priorizan o incluyen la lucha contra el VIH y el SIDA y el componente está presente en varias iniciativas de educación, transporte, infraestructura, desarrollo urbano y saneamiento.

Además, apoya iniciativas nacionales, regionales y mundiales para prevenir nuevos casos de infección por el virus, ofrecer atención y tratamiento a personas infectadas y afectadas por el VIH y ayudar a familias y comunidades a hacer frente a los efectos negativos del SIDA. La institución trabaja junto con sus asociados y los principales interesados en lograr acceso universal a servicios integrales de prevención, tratamiento y cuidado.

En particular, busca ampliar el acceso a terapia con antirretrovirales (ART, por sus siglas en inglés), fármacos que ayudan a las personas seropositivas a llevar una vida sana y productiva y a criar a sus hijos.

Para ayudar a los países a mejorar los resultados de su respuesta al VIH, la entidad, en estrecha colaboración con asociados, ofrece análisis estratégicos, servicios para fortalecer las estrategias nacionales para enfrentar el VIH/SIDA, apoyo para crear sistemas operacionales que permitan administrar y supervisar las respuestas nacionales, evaluaciones de lo que funciona o no, asesoría sobre políticas públicas y otro tipo de conocimientos técnicos a nivel de países.

Junto al Fondo Mundial y el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR, por sus siglas en inglés), el Banco está mejorando la coordinación y armonización del apoyo a través de misiones conjuntas, planificación de intervenciones y evaluaciones de programas. En este marco, se acordó que los países pueden usar los mismos procesos y mecanismos independientemente de la fuente de financiamiento y, en algunos casos, incluso a través de la combinación de recursos.

Enfoques regionales

África al sur del Sahara

El MAP para África es un compromiso a largo plazo que, hasta la fecha, ha aportado US$1.900 millones para intensificar los esfuerzos nacionales de lucha contra el VIH/SIDA en 35 países. Incluye cinco iniciativas subregionales (multinacionales): el Proyecto del Corredor de Transporte entre Abidján y Lagos; la Iniciativa para la Región de los Grandes Lagos; una red regional de formación de capacidades en temas relacionados con el VIH/SIDA; un proyecto de aceleración del tratamiento en tres países (que ensaya diferentes metodologías para ampliar el tratamiento y la atención de enfermos de SIDA); y un proyecto en el Cuerno de África para combatir el VIH entre grupos muy vulnerables de los Estados miembros de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD, por sus siglas en inglés): Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenya, Somalia, Sudán y Uganda.

Recientemente, el Banco aprobó el Primer Proyecto de Lucha contra el VIH/SIDA en Botswana (US$50 millones), proyectos “complementarios” del MAP en Nigeria (US$225 millones) y Lesotho (US$5 millones), además de fondos adicionales para Malawi (US$30 millones). Otros proyectos “complementarios” se aplican en Benin, Burkina Faso, Burundi, Eritrea, Etiopía, Ghana, Kenya y Madagascar. Asimismo, se entregó financiamiento complementario a Burkina Faso, Cabo Verde, la República del Congo, Malí, Nigeria y Rwanda.

El desempeño del programa MAP aumentó en forma sostenida. Hasta la fecha, se han desembolsado US$1.300 millones. Desde 2006, el apoyo del Banco permitió entregar orientación, pruebas y resultados de VIH a 4,3 millones de personas y proporcionar atención prenatal a tres millones de mujeres embarazadas.

Europa oriental y Asia central

El apoyo financiero del Banco incluye un préstamo de US$60 millones para la lucha contra la tuberculosis y el SIDA en Ucrania; un proyecto de US$150 millones en la Federación de Rusia para apoyar los esfuerzos de control de la TB y el VIH; una donación de US$5,5 millones otorgada por la Asociación Internacional de Fomento (AIF) para el proyecto de control del SIDA en Moldova; y otra de US$25 millones para un proyecto regional en Asia central que respalda la vigilancia electrónica del virus mediante sitios centinela en Kazajstán, República Kirguisa, Tayikistán y Uzbekistán en asociación con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

En 13 sitios experimentales, se vigila a seis grupos (usuarios de drogas intravenosas, trabajadores sexuales, hombres que tienen sexo con hombres, pacientes con enfermedades de transmisión sexual [ETS], presos y embarazadas) para detectar VIH, hepatitis C y sífilis. También se observa el comportamiento sexual de estos grupos, sus prácticas de inyección, conocimientos, búsqueda de ayuda médica de personas con síntomas de ETS y acceso a programas de prevención.

El Banco copatrocinó una cumbre empresarial sobre VIH/SIDA en Rusia y, en conjunto con otros asociados internacionales, conferencias sobre VIH/SIDA en Europa oriental y Asia central, celebradas en Moscú entre 2006 y 2008. Asimismo, apoyó encuestas de opinión pública sobre el tema en Albania y República Kirguisa, las que recabaron antecedentes para la formulación de programas y políticas públicas.

Asia oriental y el Pacífico

La asistencia del Banco se enfocó en el uso de datos concretos para mejorar el efecto y la eficacia de los programas de lucha contra el SIDA en el contexto de una creciente contracción presupuestaria. En Indonesia, un estudio registrará el gasto en VIH en distritos urbanos y rurales para comprender mejor cómo se están usando los recursos a nivel de pacientes y proveedores y para recabar información destinada a mejorar la asignación de fondos en el futuro.

Los datos de una encuesta realizada en Papua Nueva Guinea permitirán calcular la actual tasa nacional y regional de prevalencia del virus y comprender mejor cuáles son los comportamientos que aumentan el contagio. Estos resultados, así como los de la encuesta que acaba de finalizar en Tanah Papua, Indonesia, ayudarán a dirigir mejor los recursos y esfuerzos de prevención. Muchos países y asociados en la tarea del desarrollo solicitaron ayuda al Banco para evaluar las iniciativas contra el VIH/SIDA. En este ámbito, se realizan evaluaciones del impacto en Camboya, Viet Nam y Tailandia en los ámbitos de prevención de transmisión madre-hijo, reducción del daño y prevención y tratamiento transfronterizos.

En la región se realizan esfuerzos decididos para integrar la lucha contra el VIH en las iniciativas de salud pública. Por ejemplo, los centros de transfusión de sangre de Viet Nam disponen de financiamiento del Banco (US$38,2 millones). Además, más del 60% de una donación de US$35 millones para combatir el VIH/SIDA se transfiere directamente a 20 provincias o ciudades con el fin de crear e implementar programas de acción coherentes con la Estrategia nacional de prevención de la epidemia.

En China, el Proyecto contra la Tuberculosis por US$104 millones incluye varios subproyectos relacionados con el VIH/SIDA. Lo mismo sucede en el Noveno Proyecto de Salud de China (US$60 millones), que contenía componentes para intervenciones y apoyo al VIH/SIDA y ETS, un aumento de la vigilancia de VIH/SIDA/ETS y mejores servicios de transfusión de sangre. Por último, el sector de transporte incorpora educación sobre el tema en todos los proyectos con componentes de obras públicas que cuentan con el apoyo de la institución.

Asia meridional

En esta región, el Banco Mundial dispone de un equipo y un programa de acción regional multisectorial que integra el VIH en sectores clave más allá de la salud, entre ellos transporte y otra infraestructura, educación y sector privado. Se adoptó un enfoque específico para cada país el cual se aplica en toda Asia meridional para apoyar las actividades crediticias, analíticas, normativas y de asesoría, además de aprendizaje comparado entre naciones. Esta asistencia incentivó a los países a mejorar y acelerar su respuesta al VIH y al SIDA y se tradujo en una baja sostenida en las tasas de prevalencia de VIH en todos ellos y en una alentadora tendencia en las infecciones de VIH en India (tercer país del mundo en cuanto a cantidad de personas que viven con VIH y SIDA).

No obstante, la concentración de la epidemia en grupos vulnerables de alto riesgo vinculados con situaciones como trabajo sexual, relaciones sexuales sin protección y uso de drogas inyectables, sigue siendo un enorme problema en la región. En India, Pakistán, Bangladesh, Bhután, Sri Lanka y Afganistán, la institución comprometió un total de US$661 millones en créditos y donaciones de la AIF para reforzar los programas nacionales. Los principales componentes de los proyectos respaldados por el Banco son vigilancia, seguimiento y evaluación, intervenciones dirigidas a las poblaciones de mayor riesgo, seguridad de los bancos de sangre, esfuerzos para reducir el estigma y la discriminación (ambos obstáculos para las iniciativas de prevención del VIH en esta región) y fortalecimiento de las instituciones públicas y privadas.

El Banco Mundial respalda además la integración funcional de la temática del VIH en los servicios de salud reproductiva, programas de lucha contra la tuberculosis y otras iniciativas y problemas de salud interrelacionados, a través del apoyo regional a medidas nacionales y otras operaciones en distintos niveles. Del mismo modo, trabaja en estrecha colaboración con el Fondo Mundial, organismos de Naciones Unidas, el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID, por sus siglas en inglés) y otros asociados para el desarrollo para velar por la disponibilidad de financiamiento complementario para los programas nacionales.

América Latina y el Caribe

Las características de la epidemia del VIH son muy distintas en las dos subregiones, pero también son bastante diversas al interior de ellas. Las relaciones sexuales entre hombres sin mecanismos de protección son el principal medio de transmisión en América Latina. Los trabajadores sexuales y los usuarios de drogas inyectables también impulsan la epidemia, aunque en menor grado.

En el Caribe, las relaciones heterosexuales sin protección son la forma más importante de contagio del VIH. Si bien hay indicios de que la epidemia se está estabilizando, las tasas de prevalencia del virus son muy elevadas entre los trabajadores sexuales y los usuarios de drogas inyectables. El estigma, la discriminación y la homofobia son los principales factores que impiden la efectividad de las respuestas.

En noviembre de 2009, la cartera del Banco destinada a la lucha contra el SIDA sumaba US$117,6 millones en la región: US$78,9 millones del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y US$38,7 millones, de la AIF. Los proyectos autónomos relacionados con el VIH/SIDA incluyen el MAP para el Caribe (US$97,4 millones), que contiene nuevo financiamiento para Jamaica (US$10 millones) y Barbados (US$35 millones), y un proyecto en América Central (US$8 millones). Algunos proyectos de salud en El Salvador, Honduras y Argentina tienen componentes relacionados con el VIH por US$2 millones, US$5 millones y US$5 millones, respectivamente.

Un nuevo informe, «Strengthening the Education Sector Response to School Health, Nutrition and VIH/SIDA in the Caribbean Region: A Rapid Survey of 13 Countries» (Fortalecimiento de la respuesta del sector educacional a la salud, nutrición y VIH/SIDA en la escuela en la región del Caribe: Rápida encuesta en 13 países) señala las intervenciones clave que es necesario realizar en el futuro. El trabajo analítico también ayudó a México, Panamá, Honduras y Argentina a establecer las estrategias de prevención más eficaces en función de los costos, evaluar las comunicaciones para el cambio de comportamiento y las alternativas para aumentar la respuesta en los países andinos y definir las formas de fortalecer la reacción al VIH del sector transporte.

Una revisión realizada por varias organizaciones -el DFID, la OMS/OPS, el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo (GFATM, por sus siglas en inglés), la Secretaría de ONUSIDA y el Banco Mundial- evaluó las respuestas nacionales, regionales e internacionales al VIH/SIDA en el Caribe, la región con la tasa más alta de infecciones por VIH después de África al sur del Sahara.

Gracias a un estudio de las reformas jurídicas necesarias para proteger a los niños afectados por el SIDA en Granada, Santa Lucía, Guyana y San Vicente y las Granadinas, fue posible identificar reformas “con posibilidades de éxito rápido” y presentarlas a los gobiernos. El Banco también ayudó a Guyana a revisar toda la legislación relacionada con el sector de la salud y a formular un nuevo proyecto de ley sobre prevención y control de la epidemia. Estudios en seis países de América Central resumieron la epidemiología y la respuesta nacional al VIH/SIDA y establecieron una situación de referencia y una base para el diálogo de políticas sobre los desafíos y logros y las respuestas programáticas adecuadas. Por último, el Proyecto Regional de Lucha contra el VIH/SIDA en la Región del Caribe ayudó a realizar una serie de investigaciones sobre el tema.

Oriente Medio y Norte de África

El Proyecto de Lucha contra el SIDA en Djibouti (financiado por medio de una donación de la AIF de US$12 millones) concluyó en 2009. El Banco mantiene su apoyo mediante un proyecto de salud en curso. La institución ayudó asimismo a reforzar el sistema nacional de seguimiento y evaluación y la capacidad de vigilancia del Líbano (a través de una donación de la AIF de US$350.000) y en este momento respalda la actualización de su plan nacional contra el SIDA.

En el ámbito regional, el mecanismo Estrategia y Plan de Acción contra el SIDA (ASAP, por sus siglas en inglés), patrocinado por el Banco en nombre de ONUSIDA, ayuda a fortalecer las estrategias y planes de acción contra el SIDA en Marruecos, Líbano, Argelia y Túnez. De manera similar, junto con ONUSIDA y la Oficina Regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental (OMS/EMRO, por sus siglas en inglés), el Banco elaboró un informe regional resumido que actualiza los datos y pruebas sobre el avance de la epidemia y su potencial entre grupos vulnerables y la población general dentro de la región. El informe se encuentra en etapa de publicación y se divulgará hacia fines de diciembre de 2009.

Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo (GFATM, por sus siglas en inglés)

El GFATM es una asociación independiente de organizaciones del sector público y privado cuyo objetivo es aumentar los recursos mundiales destinados a combatir estas enfermedades mortales que cobran la vida de casi seis millones de personas al año. El Banco participó activamente en la creación de este Fondo, forma parte de su Directorio y trabaja en estrecha colaboración con él para respaldar respuestas nacionales efectivas y orientadas a los resultados. El Fondo busca asimismo fortalecer los sistemas de salud para que puedan prestar estos servicios.

Actualizado en Septiembre 2009

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