No resolver los conflictos a tiempo destruye la relación

Las relaciones con la familia, los amigos, la pareja o en el trabajo, que constituyen una constante en la vida, pueden verse destruidas si cuando ocurre algo negativo no se aborda el problema a tiempo, según señala el especialista en comunicación Ferran Ramon-Cortés.

No se puede dar una pauta de tiempo, «pero seguro que no serán dos meses ni dos años», afirma en una entrevista a Europa Press este experto que acaba de publicar ‘La química de las relaciones’ (Planeta), donde aborda cómo hacer que funcionen y qué no hacer para destruirlas.

En su opinión, lo importante cuando ocurre algo negativo es abordar el problema, «porque si se deja un conflicto colgado el tiempo lo va a pudrir». No obstante, recomienda no abordarlo en la efervescencia del momento, ni cuando el tiempo ha distorsionado profundamente los hechos.

Se podría decir que construir relaciones es un arte, y todo lo que se haga a los demás tiene un efecto en las relaciones que mantenemos o estamos creando. De hecho, las relaciones que funcionan son las que tienen en la «cuenta corriente emocional» en saldo positivo, partiendo de la base de que «pensar que una relación tiene siempre que estar en el contexto positivo es irreal y casi infantil».

La fórmula metafórica para explicar el concepto es la ‘balanza emocional’, se basan en un platillo donde se pesa lo malo, las cosas afectan negativamente a una relación, y un platillo de lo bueno, donde se pesa lo que afecta muy positivamente.

«La relación perfecta es aquella en la que hay más actos emocionales positivos que negativos», aunque, recuerda que no se puede vivir evitando actos negativos, ya que «somos humanos y se van a producir tarde o temprano».

Pero a la hora de ver la balanza hay que tener en cuenta que los positivos valen menos que los negativos, que siempre afectan de mayor modo emocionalmente, así «por cada emoción negativa se necesitan para compensar entre 5 o 6 positivas»; aunque es estimativo, puesto que no todas las relaciones son iguales.

¿Qué carga el platillo malo y bueno? Pues según este experto, que lleva años trabajando en el área de la comunicación personal, sería ‘oro puro’ la atención, el reconocimiento, las muestras de afecto y celebrar las cosas que ocurren a los demás.

Por el contrario, ‘plomo puro’ serían la crítica, las muestras de desprecio o el hacer invisible a la gente, además del mal uso de la sinceridad, haciendo daño gratuitamente.

El libro, que se estructura con historias reales, propias o trasmitidas por la gente a su autor, analiza cómo estas actitudes no siempre son recibidas de la misma manera por parte de distintas personas con diferentes sensibilidades y personalidades.

Entre los consejo más importantes, Ramon-Cortés, recuerda que sin empatía la comunicación y la relación no puede funcionar; que no nos podemos relacionar de forma positiva y constructiva con todo el mundo; que para que una relación funcionen todos deben querer que así sea; y que no es necesario implicarse emocionalmente en el otro, sino captar qué siempre para actuar en consecuencia.

Además, se debe de tener muy presente que «la relación con uno mismo tendrá mucho que ver en la relación con los demás; si no funciona con uno mismo, es muy difícil que funcione la relación con los demás» y, por tanto, «el origen de cómo me relacione con los demás está en el origen de cómo me relaciono conmigo mismo».

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