Los psicólogos llevan décadas advirtiendo contra darles a los niños premios o dinero por su desempeño en la escuela. Las recompensas «extrínsecas», dicen, como un juguete para una niña de cuatro años que se aprende el alfabeto o dinero por buenas calificaciones en la escuela, pueden minar la alegría de aprender por el simple gusto de hacerlo e incluso pueden propiciar la trampa.
Muchos economistas no están de acuerdo, y sus opiniones con frecuencia se imponen en el mercado educativo. En muchas ciudades estadounidenses ya se llevan acabo programas de recompensas que les pagan a los estudiantes. En algunos lugares, los estudiantes pueden llevarse a casa cientos de dólares por tomar un curso de Advanced Placement (programa que ofrece cursos universitarios a alumnos de preparatoria) y obtener una buena calificación en el examen.
El que esos esfuerzos funcionen o fracasen «sigue siendo un tórrido debate», dijo Barbara A. Marinak, profesora asistente de educación en la Universidad Estatal de Pennsylvania, quien se opone a usar premios como incentivos. Entre los padres, el tema con frecuencia causa’discusiones intensas, y un nuevo enfoque en la reforma escolar ha llevado a los investigadores de ambos lados del debate a intensificar los esfuerzos para recabar datos que puedan proporcionar apreciaciones sobre si las recompensas funcionan y cuándo.
«Tenemos que ir más allá de nuestros prejuicios», dijo Roland Fryer, economista en la Universidad de Harvard, quien está diseñando y poniendo a prueba varios programas de recompensas. «El método científico nos permite identificar la mayoría de esos sesgos y que la información hable por sí misma».
Lo que está claro es que hay una proliferación de programas de recompensas. En Nueva York y DalIas, a los estudiantes escolares se les paga por obtener buenos resultados en los exámenes de Advanced Placement. En Nueva York, los pagos provienen de un grupo de reforma educativa llamado Rewarding Achievement, financiado por la Fundación Pershing Square, organización fundada por el administrador de fondos de cobertura Bill Ackman. El programa de Dallas es dirigido por Advanced Placement Strategies, organización sin fines de lucro de Texas.
Los resultados del primer año del programa Advanced Placement en Nueva York mostraron que los resultados de los exámenes se mantuvieron estáticos, pero que más estudiantes los tomaban, dijo Edward Rodríguez, presidente del programa.
En Dallas, donde los maestros también pagan por altas calificaciones de alumnos en los exámenes de Advanced Placement, los recompensados obtienen puntajes más altos en los exámenes de admisión de las universidades y se inscriben en la universidad a una tasa más alta que quienes no son recompensados, según Kirabo Jackson, profesor de economía en la Universidad de Cornell.
Aún así, muchos psicólogos advierten que las recompensas pueden funcionar a corto plazo, pero pueden tener efectos dañinos a largo plazo.
Los economistas argumentan que todo debe intentarse, incluyendo las recompensas, en el caso de estudiantes con mal desempeño.