En el Día Mundial del Síndrome de Down se buscan nuevas oportunidades para quienes lo padecen.
SD. Emelin tiene seis años. Tan pronto ve al fotógrafo, deja de pintar y posa. Con palabras entrecortadas susurra: “quisiera ser doctora”. A pesar de padecer Síndrome de Down, como toda niña, sueña con una profesión.
Aunque muchas empresas dominicanas no están “preparadas” para emplear a alguien con esta alteración genética, la Asociación Dominicana de Síndrome de Down (ADOSID) trabaja en un proyecto de inserción laboral.

Los psicólogos llevan décadas advirtiendo contra darles a los niños premios o dinero por su desempeño en la escuela. Las recompensas “extrínsecas”, dicen, como un juguete para una niña de cuatro años que se aprende el alfabeto o dinero por buenas calificaciones en la escuela, pueden minar la alegría de aprender por el simple gusto de hacerlo e incluso pueden propiciar la trampa.


Si quiere echarle un vistazo a la labor de uno de los héroes sensoriales de su cuerpo que recibe poco reconocimiento, pruebe este pequeño experimento.
El Día Internacional de la Mujer (DIM) comenzó como un acontecimiento político en la cultura de muchos países (principalmente Rusia y los países del ex bloque soviético). Con el tiempo el día ha perdido su sabor político, y se convirtió en simplemente una ocasión para que los hombres expresaran su amor a las mujeres a su alrededor en una forma algo similar al Día de la Madre y el Día de San Valentín mezcladas. En otros países, sin embargo, el DIM es tomado como tema político y de derechos humanos en una manera esperanzadora.