A primera vista, parecía un avance hacia la igualdad homosexual en Rusia. Ahí estaba Nikolai Alekseyev, el más visible defensor de los derechos de los homosexuales de Rusia, en un popular programa de debates llamado «Duelo»
Pero el debate se deterioró rápidamente, con declaraciones hostiles y prejuiciosas no sólo de parte de los opositores de Alekseyev, sino también del conductor del programa, quien en cierto momento comparó la homosexualidad con la pedofilia.
Cuando una mujer con un sombrero ostentoso empezó a despotricar sobre el «extremismo homosexual», a Alekseyev le hirvió la sangre.
Tras llamar a la mujer «bruja» mentirosa, dejó violentamente el escenario, haciendo un agujero en el set de una patada al momento de marcharse.
Cualquier conversación sobre los derechos de los homosexuales hoy en día en Rusia está destinada a ser tensa. Pero con Alekseyev, puede ser explosiva.
Durante seis años, ha violado una prohibición del gobierno, al organizar una protesta anual en favor de los derechos de los gays que él llama Orgullo de Moscú.
Alekseyev, de 33 años, es osado y provocativo. «No tiene una personalidad afable, pero las personas tranquilas eligen otras ocupaciones», dijo Anna Komarova, activista transgénero.
Ser un activista de los derechos de los homosexuales en Rusia no es para los tímidos. En el Orgullo de Moscú de este año, las dos docenas de participantes tenían pocas posibilidades de éxito contra un grupo de policías. La mayoría fueron arrestados y pandillas de hombres musculosos gritando insultos contra los homosexuales ahuyentaron al resto.
Pero los esfuerzos de Alekseyev han obligado a los políticos a discutir el tema. Es una batalla cuesta arriba; cuando se le pidió su opinión a Vladimir V. Putin, Primer Ministro de Rusia, dijo que los homosexuales intensifican la crisis demográfica de Rusia.
«No se puede permitir nunca que la homosexualidad sea considerada como normal», dijo Aleksandr Khinshtein, miembro del Parlamento.
Incluso otros activistas de los derechos de los gays han criticado a Alekseyev. «Él se enfoca solamente en estas protestas», dijo Igor Yasin, uno de ellos. «Y cuando tiene la oportunidad de explicar por lo que está luchando, por lo que estamos luchando, parece como si no pudiera dar una respuesta».
Muchos homosexuales rusos no parecen estar interesados en la lucha. Rusia se ha vuelto un lugar mucho más abierto en las casi dos décadas desde la revocación de una ley contra el sexo entre hombres.
Apenas unas horas después de la protesta Orgullo de Moscú más reciente de Alekseyev, la fila afuera de un club gay había llegado a la calle.
No obstante, las personas que son abiertamente gays pueden ser despedidas con impunidad y el debate sobre los matrimonios del mismo sexo y la adopción gay es en gran medida un tabú.
«No veo problema con que la gente haga fila afuera de clubes gay, pero dile que luche por sus derechos y te dirá: ‘De ninguna manera'», dijo Alekseyev.
Los esfuerzos de Alekseyev han tenido éxitos notables. En 2008, el Ministerio de Salud eliminó una disposición que prohibía a los gays donar sangre. El año pasado, la Corte Europea de Derechos Humanos dictaminó que Rusia había violado el derecho de Alekseyev a protestar y le impuso una multa al gobierno de alrededor de 40 mil dólares.
Pero no está claro si los esfuerzos de Alekseyev, o los de cualquier otra persona, han hecho lo suficiente para cambiar las actitudes rusas.