Prevención del síndrome de la muerte súbita de lactante
El síndrome de muerte súbita del lactante es la primera causa de mortalidad en los lactantes en muchos países. La medida de prevención más importante consiste en la colocación de los lactantes boca arriba mientras duermen.
Diversos estudios han demostrado una disminución de la mortalidad por síndrome de muerte súbita de lactante de hasta 50% después de recomendar la colocación de los lactantes en decúbito supino.
No debe utilizarse almohadas y/o colchones demasiado blandos, y evitar el consumo de drogas alcohol y tabaco, por los efectos perjudiciales que tienen sobre la salud de los hijos.
Prevención de accidentes
Los accidentes son la primera causa de mortalidad y de problemas graves para la salud de los niños mayores de un año. Los más habituales son: los accidentes de coche, caída, quemadura, ahogo, envenenamiento y atragantamiento.
Los lugares en los que se producen con mayor frecuencia son el domicilio, sus alrededores y las vías y lugares públicos.
Prevención de accidentes en el domicilio
Los niños son extremadamente curiosos, tienen muchas ganas de investigar y conocer su entorno desconociendo el riesgo que ello pueda entrañar, les gusta imitar, y en las primeras edades, además, tienen poca estabilidad.
Si tiene que dejar en un momento dado solo a un lactante, colóquelo en la cuna, o el parque, nunca sobre el cambiador, la cama, o un sofá sin protección. Nunca deben permanecer solos, sin vigilancia, especialmente en edades inferiores a 4 años, cuando tienen lugar con mayor frecuencia los accidentes en el domicilio propio.
Se debe aprovechar todas las actividades rutinarias que se realizan en su presencia para explicarles sus riesgos y formas de evitarlos.
La prevención de accidentes en el hogar debe comenzar en el dormitorio del niño. Los barrotes de las cunas deben tener altura suficiente y una separación entre ellos inferior a 15 cm. El colchón debe tener el tamaño adecuado, sin permitir que queden espacios en los bordes.
Evitar el uso de colchones excesivamente blandos, las almohadas y cubrirlos con ropa excesivamente pesada. No ate los juguetes ni el chupete con cintas.
No deben usarse literas para los niños pequeños. El pijama, la ropa de cama, el mobiliario y los elementos de decoración estarán fabricados con materiales ignífugos.
Prevención de accidentes en el domicilio
Todos los enchufes deben ser de seguridad. Las ventanas permanecerán cerradas con dispositivos de seguridad y nunca se utilizará su repisa para colocar juguetes. Evite la colocación de baldas o estanterías sobre la cuna o la cama.
Los juguetes deben cumplir las normas de seguridad de la Comunidad Europea en cuanto a su tamaño, el de sus piezas y a los materiales utilizados en su fabricación, y ser adecuados para su edad. Los niños pequeños (sobre todo los menores de 36 meses) no pueden acceder a los juguetes de los hermanos mayores. No son recomendables los juguetes que lanzan proyectiles.
Los dormitorios de los adultos constituyen otro lugar de riesgo, ya que los cajones de la mesilla de noche suele ser un sitio donde los medicamentos permanecen mal protegidos y muy accesibles. Más del 40% de las intoxicaciones infantiles se producen por ingestión accidental de medicamentos. Para evitar las, los medicamentos deben guardarse en su envase original, en un lugar fuera del alcance de los niños.
La cocina es uno de los lugares de la casa donde los riesgos de accidentes infantiles son más frecuentes, porque en ella transcurren cosas muy interesantes y permanecen mucho tiempo. Los armarios donde se guardan los productos de limpieza deben tener cierres de seguridad.
Nunca se deben guardar productos tóxicos en envases diferentes de los originales, ya que pueden confundir al niño haciéndole creer que son bebidas. Los cajones que tengan utensilios cortantes o punzantes y las llaves de entrada general de gas o las de apertura de la bombona deben estar fuera del alcance de los niños.
Los mangos de las sartenes y los cazos no deben colocarse hacia fuera, para evitar que los niños puedan tirar de ellos. Cuando esté cocinando no deje cuchillos, objetos calientes o que se puedan romper en el borde de la encimera o de la mesa. Los niños no deben estar solos en la cocina ni permanecer en brazos de los adultos mientras estos cocinan.
En el cuarto de baño, los dos riesgos más importantes son la ingestión de cosméticos y, sobre todo, el peligro de ahogamiento cuando se deja niños pequeños en la bañera y sin la vigilancia debida. Coloque alfombras antideslizantes en la bañera, y gradúe el agua caliente a 34-35ºC.
Mantenga los cosméticos y las hojas de afeitar fuera del alcance de los niños, y coloque el pestillo lo mas alto posible, o si no es posible anúlelo. Nunca deje enchufado el secador, la maquinilla de afeitar ni ningún electrodoméstico.
En el comedor
En el comedor los peligros de accidentes se deben principalmente a los riesgos del atragantamiento durante la ingestión de alimentos. El 65% de los atragantamientos se producen por alimentos; por eso, las comidas deben adaptarse a la edad del niño, de tal forma que puedan ser masticadas y deglutidas sin dificultad.
Debe evitarse que el niño llore, y se ría durante la comida, debiendo permanecer sentado y tranquilo. No se le debe forzar a comer, ni alimentarle acostado. Las posibilidades de atragantamiento aumentan en las fiestas en las que se consumen frutos secos y golosinas de pequeño tamaño o se juega con globos o bolsas de plástico.
Se debe tomar especial precaución en evitar que los niños pequeños intenten inflar globos, ya que la aspiración de globos es la causa más frecuente de muerte por obstrucción de la vía aérea en la infancia. Los menores de 3-4 años, que no sepan masticar bien, no deben comer frutos secos: cacahuetes, almendras, avellanas, etc.
Si tiene plantas de interior, compruebe que no son tóxicas y manténgalas fuera del alcance de los niños. Evite las mesas de cristal, y compruebe que los ventanales sean resistentes y que no se romperán con un golpe.
La trona debe ser estable, de base ancha, para evitar que vuelque con facilidad. No permite que su hijo se ponga en pie en la trona, manténgalo siempre abrochado con las correas de seguridad. No le coloque cerca de un mueble que pueda utilizar para impulsar hacia atrás.
No deje monedas, tabaco, encendedores, cerillas, agujas de coser, botones, el equipo de bricolaje, la plancha, o bebidas alcohólicas al alcance de su hijo.
Todos los hogares deberían tener detectores de humos y extintores situados en los sitios estratégicos de evacuación y revisados de forma periódica. Los teléfonos tendrán una tecla con el número de emergencias “112/911”, o en su defecto, una etiqueta pegada en la que figure el número de emergencia “112/911” y el del Instituto Nacional de Toxicología.
Por último, los niños pequeños nunca saldrán solos de casa y sólo utilizarán las escaleras y los ascensores y se van acompañados de adultos que les lleven bien agarrados.
Prevención de accidentes en los alrededores del domicilio
Cuando las casas disponen de jardín, se agregan los riesgos de lesión y derivados de la utilización de la maquinaria de jardinería, de combustibles y de la ingesta de productos tóxicos. Estos accidentes se previenen, manteniendo bien guardados dichos productos y la maquinaria en un cuarto, que tenga una puerta con cierre de seguridad.
Las casas con piscina privada deben colocar una valla a su alrededor. Cuando no se utilice, sobre todo en invierno, se cubrirá con una lona capaz de soportar el peso del niño sin romperse. Si tienen una piscina pequeña hinchable, vacíela después de usarla.
Compruebe que no tiene plantas venenosas, y enseñe a su hijo que no debe comerse ni las flores ni las plantas. Si tiene arena para jugar, utilice un recipiente no muy profundo, y manténgalo tapado cuando no estén jugando en él.
Las guarderías y colegios son lugares donde los niños pasan una gran parte de su tiempo. Los profesores cuidadores deben extremar la vigilancia sobre todo a la entrada y salida de las clases y durante el recreo.
Los parques y jardines públicos deben disponer de áreas infantiles separadas y adaptadas a los diferentes grupos de edad; y si tienen estanques, han de estar rodeados de barreras.
Prevención de accidentes en las vías y lugares públicos
Para prevenir los accidentes de tráfico es muy importante insistir en las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico: respetar las normas de circulación, evitar el exceso de velocidad, la ingesta de alcohol, y realizar revisiones periódicas del vehículo.
Los lactantes nunca deben viajar en brazos de una persona mayor. Deben ir en el asiento trasero, en “cucos” o sillas debidamente homologadas, adaptadas a cada edad, y correctamente sujetas al vehículo, en sentido contrario a la marcha, a ser posible en la zona central.
Si en el coche sólo van el conductor y el lactante, se colocará la silla en el asiento delantero en sentido contrario a la marcha, excepto si el vehículo tiene sistema de bolsa de aire para el pasajero y no puede ser anulada.
Los niños hasta los doce años viajarán en sentido de la marcha, en el asiento trasero, con cinturón de seguridad y sillas, cojines o adaptadores del cinturón, adecuados a su edad y altura.
Los accidentes peatonales ocurren preferentemente en los niños con edades comprendidas entre los cinco y nueve años. Las medidas preventivas deben comenzar en la escuela promocionando campañas de educación vial.
Las autoridades municipales deben señalizar e iluminar adecuadamente las vías públicas. Los niños deben ir por la calle siempre acompañados, cogidos de la mano y por la parte interna de las aceras. En las carreteras deben caminar siempre en sentido contrario al de la circulación. Enséñele cómo funcionan los semáforos, y a respetarlos.
Para prevenir las lesiones secundarias a los accidentes con ciclomotores, bicicletas, patines, esquís etc. se debe insistir en que la práctica de estos deportes debe hacerse sólo en los circuitos y lugares destinados para ello y siempre con la protección de un casco homologado de tamaño adecuado al niño y rodilleras; está demostrado que así se previene el de 80% de las lesiones cerebrales producidas en este tipo de accidentes.
Las playas, piscinas públicas y parques acuáticos deben cumplir las normativas de seguridad y disponer de suficientes vigilantes con preparación en reanimación cardiopulmonar. Los menores, aunque sepan nadar, nunca deben permanecer sin vigilancia en estos lugares.
En los parques compruebe que la estructura de los columpios esté en buen estado, que no sean duras, y que no queman si han estado expuestas al sol.