BDSM es la denominación usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina «sexualidad extrema convencional»
Dado que BDSM es una palabra que abarca términos muy dispares, no es fácil dotarla de una historia más allá del comienzo de su uso como acrónimo, al margen del que corresponda a cada uno de sus componentes.
El BDSM puede ser un mundo absorbente, incluso para algunas personas es un giro muy fuerte en sus vidas y produce cierto carácter «adictivo» debido a la fuerza de la experiencia.
Historia
El término BDSM aparece por primera vez en abril de 1991, en torno al foro de noticias por Internet denominado alt.sex.bondage como la yuxtaposición de dos abreviaturas contrapuestas.
Pero la fecha más indicada para referenciar el nacimiento del movimiento social en torno al BDSM y sus prácticas fue en la primavera de 1918.
Entonces aparece London Life, la primera revista comercial de tendencia fetichista, que comenzó rápidamente a alojar en sus páginas anuncios de contactos, fiestas privadas, etc.
Durante el periodo de los pioneros del BDSM, conocido como el tiempo de la Old Guard, el movimiento se negaba rotundamente a admitir a los activistas “switch” (a quienes les gusta jugar alternativamente en cada rol, actuando a veces como dominante y otras como sumiso).
Solo posteriormente, a partir de los años 90 y con la aparición de la New Guard, los Switch son admitidos como miembros plenos de la comunidad BDSM y se intensifica el desarrollo de clubs, asociaciones, locales y revistas relacionadas con el género, etc.
Con el avenimiento de Internet el BDSM ha sido más conocido por el público en general y se ha incrementado en número de personas que visitan la pagina. También se a incrementado el número que quieren experimentar la “fiebre” de dominación/sumisión
Acrónimos
El acrónimo está formado por las iníciales de algunas de dichas prácticas:
Bondage : B
Disciplina : D
Dominación y Sumisión : D/S
Sadomasoquismo : SM
El término engloba también otros fetiches, (que consisten en alcanzar la excitación sexual por elementos no habituales). Lo más frecuentes son: ropa de cuero, pies, besar u oler ropa del otro, vestirse, actuar como el otro sexo etc.
Intercambio de poder
BDSM, es percibido por mucha gente como algo acerca de dolor u agresión, pero por el contrario, se trata del intercambio de poder. Uno manda, y el otro acepta ser mandado:
El dominante, (también usado el término “top”, o «activo»), saca su satisfacción de la sensación de poder de someter al otro, de tener el control del otro, a un grado que uno no lo puede tener en la vida real.
El sumiso, (también “bottom” o «pasivo»), es la sensación de indefensión, de no tener control sobre lo que pasa, de entregarse al otro en una forma en el que uno no se atrevería a hacerlo normalmente.
El BDSM se puede integrar a la vida de la pareja como actividad ocasional, en la que se juegan escenas por sí o como preludio al acto sexual, o puede ser una forma de vida permanente, como mantener una relación Esposo dominante/esposo dominado o viceversa.
Consenso
El consenso se establece para todas las relaciones del BDSM, y es lo que le dota de un contenido específico, distanciando por: la violencia de género, cualquier situación de violencia no-pactada como los malos tratos, etc.
El sumiso debe manifestar explícitamente que no desea asumir la responsabilidad de interrumpir la sesión, lo cual ofrece la ventaja de no tener que preocuparse por el desarrollo y no de sentir que ésta supera sus límites o su capacidad.
Debe ser el dominante el que la interrumpa la sesión, si cree que está siendo demasiada intensa, sin necesidad de esperar que aquella lo manifieste y desea que sea la parte dominante quien tome esa responsabilidad y decida en todo momento al respecto.
Esto es especialmente importante en los casos en donde la parte sumisa se encuentra en un estado cercano al éxtasis, el llamado “sub-space” o «sub-espacio», que es equivalente a la excitación producida por las drogas. Se pierde el contacto con la realidad, se deja de percibir el dolor, y uno se siente flotando, en paz con uno y con el universo.
Sin embargo, muchas de las personas incorporadas al BDSM tras el periodo de del «sub-espacio» opinan es una práctica que tiene importantes riesgos y la consideran, por tanto, en los límites de la comunidad.
Prácticas del BDSM
Debido a la diversidad de formas que caracterizan al BDSM, se hace difícil hacer una descripción de las prácticas que más frecuentemente se dan en ese tipo de relaciones.
Algunas de las prácticas más comunes pueden ser las siguientes.
Bondage, hechas por todo el cuerpo o sólo en algunas partes de él, con cuerdas, pañuelos, cadenas, esposas, etc.
Flagelación erótica, que consiste en azotar el cuerpo humano, normalmente con látigos o palos, etc.
Pinzas, colocadas habitualmente en lugares estratégicos como: pezones, zona inguinal, etc.
Cera, derramada sobre el cuerpo con cierto control de la temperatura.
Sumisión y humillación ritual.
Dominación ecuestre, que monta como si fuera un “caballo”, con el dominante arriba y el sumiso abajo.
Prácticas de sexo extremo, como el “fisting” consiste en la introducción parcial o total de la mano en el ano o la vagina de la pareja.
Existen muchas de prácticas y usos, que tienen un uso común como: el collar, los anillos, la ropa, marcas y tatuajes, etc.
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