No puedes cambiar a las personas, pero puedes aprender a tratarlas
La persona del tipo 1 siempre se preocupa de sí misma, desoyendo las opiniones y los sentimientos ajenos
¿Qué puede hacer?
Pídale una cita para hablar con ella.
Intente que tenga una buena predisposición para hablarle.
Explíquele lo que hace y dígale que está seguro de que no es con mala intención.
Ofrézcale ayuda para cambiar esa conducta.
La persona del tipo 2 te hace sentirte negativo y deprimido, suele ser insegura y tener una mala imagen de sí misma
¿Qué puede hacer?
No se disculpe ni le dé la razón.
Procure no reaccionar con brusquedad.
Haga una pregunta asertiva.
No haga caso de las fanfarronadas.
La persona del tipo 3 es agresiva y ruidosa, es probable que dé patadas en el suelo, golpee la mesa, grite, etc., e intente salirse con la suya, pero también suele ser una pensadora lógica. Es buena resolviendo problemas pero se precipita en las decisiones y luego se aferra a ellas.
¿Qué puede hacer?
Plántele cara, pero evite el enfrentamiento.
Dígale que no está de acuerdo con ella, pero pídale que le explique sus opiniones.
No deje que le interrumpa.
Procure no parecer débil o estar enfadado.
Mantenga el contacto visual e intente que su lenguaje corporal sea asertivo.
La persona del tipo 4 prefiere criticar a los demás por la espalda en lugar de decir las cosas a la cara. Le gusta hacer chistes a costa de otros y le encanta tener audiencia
¿Qué puede hacer?
Procure que se quede solo para que no tenga audiencia.
Pregúntele si pretendía hacer daño.
Si se ha enterado de lo que ha dicho a través de un tercero, pídale a esa persona que le dé más detalles; luego hable con quien ha hecho el comentario y pregúntele si realmente quería decir lo que dijo.
Pídale que en el futuro le diga sus comentarios personalmente y en privado.
La persona del tipo 5 empieza siendo agradable, pero de pronto pierde el control; cualquier ligera presión hace que se sienta amenazada e insegura y necesita ser la primera en atacar
¿Qué se puede hacer?
Mantener el contacto visual y permanecer en silencio hasta que se vaya calmando.
Dígale que le interesa lo que tenga que decirle.
Busque un lugar para estar a solas y déle tiempo para que se apacigüe.
Pregúntele qué es lo que le preocupa.
Ofrézcale ayuda y, si la acepta, cumpla con su palabra.
La persona del tipo 6 nunca puede decidirse; por un lado cree que es más eficiente que nadie y no confía en las habilidades de los demás; y por otro quiere ayudar, pero tiene miedo de hacer algo mal
¿Qué puede hacer?
Se le ha de dar una fecha límite y explicar le la razón con toda suerte de detalles.
Averigüe por qué está preocupada, hable de sus problemas con ella, ofrézcale su apoyo cuando crea que tiene razón.
La persona del tipo 7 es muy depresiva. Siempre piensa que va a suceder lo peor y nunca le gustan las ideas nuevas, pero tampoco es capaz de ofrecer otras alternativas
¿Qué puede hacer?
No malgaste el tiempo en discusiones.
Procure que no le transmita su actitud negativa.
Pregúntele por qué se siente de ese modo.
Pídale que sugiera una solución.
Averigüe cuáles son sus mayores temores.
Dígale que intenta seguir adelante y que lo hará solo si es necesario.
La persona del tipo 8 es la que cree que todos los demás o todas las cosas tienen la culpa menos él. Se siente impotente para cambiar nada y suele amargar la vida de todos los que la rodean
¿Qué puede hacer?
No le dé la razón, ni se disculpe, ni dé excusas.
Intente conducirla a una actitud propicia para resolver problemas.
A la mínima oportunidad interrumpa sus charlas negativas, repita lo que ha dicho (pero sólo las críticas, no sus opiniones, que no habrá de tener en cuenta).
Haga preguntas que favorezcan la solución de los problemas y compruebe si le puede ofrecer una solución positiva.
La persona del tipo 9 es la que espera que, si no dice nada, los demás dejarán de hacerle preguntas. Guarda silencio intencionadamente, ya sea para 1) ejercer poder, o 2) porque está verdaderamente confundida
¿Qué puede hacer?
Inicie la conversación lo antes posible.
Comience con un comentario trivial y haga que se sienta cómoda.
Hágale una pregunta directa.
Permanezca en silencio todo lo que pueda, manteniendo un lenguaje corporal amistoso y abierto.
Si tiene que romper el silencio, no lo haga cambiando de tema; sencillamente, coméntele lo ridícula que le parece la situación.
Luego, si es necesario, vuelva a permanecer en silencio.
Si empieza a hablar no la interrumpa.
Si parece nerviosa, dígaselo y pregúntele el por qué.
Comuníquele lo que usted intenta hacer y ponga una fecha límite para que le diga lo que le preocupa.
La persona del tipo 10 cree que lo sabe todo mejor que nadie. Aunque por lo general es minuciosa y eficiente en el trabajo, es un desastre en las relaciones personales porque es agresiva y déspota.
¿Qué puede hacer?
Asegúrese de que se ha preparado la conversación antes de hablar con ella.
Pídale una explicación detallada, escuche atentamente y parafrasee lo que le dice.
Sugiérale que en el futuro le gustarla poder comentarle sus problemas.
Cuestiónese si merece la pena trabajar o tener una relación personal con este tipo de persona.
La persona del tipo 11 cree que lo sabe todo mejor que nadie, pero no es así. Está deseosa de ganar el respeto y la amistad de los demás, pero no está realmente dispuesta a hacer ningún esfuerzo
¿Qué puede hacer?
Trate con ella en privado.
Exponga su visión de los hechos, permitiéndole que pueda quedar bien.
Si no tiene más remedio que hacerlo delante de los demás, llene el silencio con algún comentario para suavizar la situación.
La persona del tipo 12 es agradable y amable, pero no se puede confiar en ella. Anhela agradar y ser necesitada, por lo que acepta hacer cualquier cosa. Realmente intenta hacer lo que ha prometido, pero como quiere hacer tantas cosas se ve desbordada y no puede cumplir.
¿Qué puede hacer?
Dígale que le cae bien como persona.
Hágale cumplidos (siempre que sean ciertos).
Dígale que valora su opinión y pídale que le dé ideas.
Trate de descubrir sus verdaderos sentimientos.