Quizá tenga que repetir las lecciones decenas de veces, pero al final lo escucharán
Los niños y el dinero, simple matemática: desde que nacen hasta que se gradúan de la universidad, los hijos consumen dólares como si fueran caramelos.
Las demandas financieras de criar un niño exigen que el dinero que podría ahorrar para su jubilación o para comprar una casa mejor, un auto deportivo o unas vacaciones más lujosas, debe, necesariamente, ser reservado para visitas al pediatra, uniformes escolares, juguetes, cuentas de ahorro para la universidad, una minivan, un viaje a Disneylandia y otros, por qué no, caramelos.