Receta musical podría curar ciertos males

29gure2_190El que la música haga vibrar hasta la cuerda más sensible de nuestro ser es un descubrimiento tan antiguo como la conciencia humana misma. Pero ¿la música podría ser considerada un medicamento algún día?

Vera Brandes, directora del programa de investigación en música y medicina de la Universidad Médica Privada Paracelsus, en Salzburgo, Austria, es una de las expertas que apuestan que tal será el caso.

«Soy la primera farmacóloga musical», dijo Brandes el año pasado, en Viena. En esa capacidad, actualmente desarrolla medicamentos bajo la forma de música, administrados como prescripción. Con el fin de promover su línea de productos, ayudó a fundar Sanoson (sanoson.at), empresa que también diseña sistemas musicales a la medida para instalaciones médicas.

«Actualmentepreparamos el lanzamiento de nuestras terapias en Alemania y Austria, para 2009 y anticipamos el lanzamiento estadounidense en 2010», dijo.

El tratamiento funciona de esta forma: una vez que el médico ha establecido un diagnóstico, el paciente es enviado a casa con un protocolo de audición y música cargada en un dispositivo reproductor muy parecido al iPod. La administración del tiempo es de una importancia inimaginable.

«La música tranquilizadora escuchada en un punto ascendente del ciclo circadiano no calmaría», expresó Brandes. «Podría incluso llegar a molestar».

Ella y sus socios analizan música de todos los estilos con el fin de extraerle sus «ingredientes activos», que entonces son combinados y equilibrados en compuestos médicos.

Aunque no tratan patologías graves o enfermedades infecciosas, sostienen que sus métodos contienen amplias aplicaciones en materia de desórdenes psicosomáticos, administración del dolor y lo que Brandes califica de «enfermedades de la civilización»: ansiedad, depresión e insomnio, así como ciertos tipos de arritmia.

La farmacopea está actualmente compuesta por aproximadamente 55 pistas de música medicinal, y otras están en planeación.

En un estudio piloto, que recibió un reconocimiento durante el encuentro científico anual de la Sociedad psicosomátíca estadounidense llevado a cabo en Baltimore, Maryland, en 2008, Brandes y sus socios investigaron los efectos de la música en pacientes aquejados de hipertensión que no podía ser atribuida a ninguna causa orgánica.

«A los pacientes hipertensos convencionalmente se les trata con betabloqueadores, que suprimen sus síntomas. La música puede abordar las causas psicosomáticas de fondo», explicó.

De acuerdo con su estudio, escuchar durante media hora diaria, cinco días a la semana; durante cuatro semanas, un programa musical especialmente diseñado, permitió que los pacientes experimentaran mejoras significativas en materia de variaciones del ritmo cardiaco, un indicador impórtante de la función nerviosa autónoma.

Ex productora de eventos musicales y discos, Brandes, de 52 años, orquestó la revelación internacional del dotado arpista Andreas; Vollenweider y organizó el legendario concierto que ofreció el pianista Keith Jarrett en Colonia, Alemania, para citar tan sólo’ dos momentos emblemáticos de un impresionante currículum.

Un accidente automovilístico casi fatal en 1995 1a llevó a contemplar un cambio de carrera profesional.

«Me fracturé la onceava y doceava vértebra y estuvo a un milímetro de tocar la médula espinal», relató Brandes. «El médico me dijo: ‘No hay mucho que pueda hacer por ti por un tiempo, pero puedes cantar si quieres»‘. La expectativa entre el equipo médico era que permaneciera inmovilizada entre diez y catorce semanas.

Por casualidad, Brandes compartía su habitación de hospital con una budista, cuyos amigos acudían a verla y salmodiaban a diario. Tras sólo dos semanas en el hospital, una resonancia magnética mostró que su médula espinal estaba curada. «Todo el mundo dijo que era un milagro y me mandaron a casa. Eso me hizo reflexionar», recordó.

Brandes, quien no tiene un título universitario en medicina o ciencia, sabía que sus teorías jamás serían aceptadas sin pruebas clínicas. «Desde el inicio», expresó, «estaba resuelta a satisfacer los criterios científicos occidentales más estrictos».

Ahora, se proyecta hacia el futuro. «Digamos que un paciente que sufre de depresión acude con nosotros», indicó. «El primer paso siempre es ir al médico, pero luego estará una de las opciones de tratamiento: el psiquiatra, el Prozaco la música».

Matthew Gurewitsch | New York Times