Los psicólogos, a veces, debemos recurrir a otros idiomas para hallar el término que defina con mayor precisión algunos fenómenos psicológicos. Por ejemplo la palabra inglesa stress, que significa tensión; o el vocablo alemán gestalt, equivalente a forma, y que dio origen a la terapia gestáltica.
Análogamente,procrastination existe en inglés y refleja con bastante exactitud cierto trastorno psicológico. Por lo cual propongo adoptarla como un nuevo anglicismo: procrastinación.
¿Qué significa? Evitar o postergar conscientemente lo que se percibe como desagradable o incómodo. Así la mayoría de nosotros dilata cotidianamente un determinado asunto porque implica una molestia. Si responde a una estrategia de nuestro vivir cotidiano, es normal; pero cuando no es así y se suma la condición que se vuelve un comportamiento difícil de cambiar por su rigidez; se constituye en un serio trastorno psicológico, a veces como un síntoma asociado a la depresión.
La persona, como decíamos, conscientemente, elige evitar actividades de cualquier grado de importancia en su vida en forma innecesaria. Por ejemplo, un ejecutivo que aplaza a diario una reunión para evitar situaciones conflictivas o un estudiante universitario, que sistemáticamente posterga preparar sus exámenes.
Patrones de procastinación
Los patrones de procrastinación caen en dos categorías que, a menudo, se superponen: funciones de mantención y de autodesarrollo.
La primera tiene lugar cuando se postergan cotidianamente rutinas como: limpiar la casa, pagar cuentas, regar el jardín. Junto a esto la persona acumula sentimientos de ineficiencia personal por la sensación de vivir en forma desorganizada.
La procrastinación de autodesarrollo se observa cuando la persona:
Dilata la solución de problemas personales, como fumar en exceso, acabar con una relación sentimental destructiva, impedir el abuso por parte de otro.
Posterga actividades recreativas en su tiempo libre: ir al cine, hacer vida social, jugar con los hijos.
Retrasa la decisión de mejorar las oportunidades en su profesión, al no tomar cursos de perfeccionamiento o buscando mayores desafíos, cambiar su rutina de trabajo o tomar mas riesgos.
Cuando se presenta este patrón de conducta, el individuo se siente paralizado o marcando el paso.
Como se explica: la autoduda
El psicólogo Willian Knaus propone un modelo interaccional para explicar la conducta de postergar o evitar; vale decir procrastinar.
Postula que la autoduda, junto con la baja tolerancia a la tensión, son los pivotes del patrón de conductas postergación-evitación.
La autoduda refleja un proceso autodestructivo. Ocurre en instancias como cuando Ud. juzga sus habilidades como deficientes o inadecuadas y, paradojalmente, define sus conductas como adecuadas sobre la base de estas cualidades que son cuestionadas.
Por ejemplo, si Ud. se dice a sí mismo: «Yo soy muy lento para escribir», entonces va a juzgar como una conducta adecuada el que Ud. sea rápido para escribir. De este modo, lo que Ud. estime como una condición negativa en su vida, lo ve en los demás o en Ud. mismo como una cualidad deseable.
Por tal razón, si Ud. llegó a la conclusión de que es muy lento para escribir; y no obstante tiene que redactar un informe, entonces Ud. se va a poner tenso, y probablemente lo va a postergar, diciéndose quizá: «Como soy muy lento, mejor lo hago mañana».
La autoduda se va desarrollando en el contexto del diario vivir. A través de la experiencia diaria, la gente aprende? o inventa? falsos conceptos de los otros. Así, a menudo la autoduda comienza con el efecto de un concepto o de una atribución falsa, que conduce a una conclusión irracional.
Por ejemplo, una de las más comunes ideas erróneas y autodestructivas que está a la base de la autoduda y conduce a la postergación, es la creencia de que: ‘Todo lo que yo haga, tiene que ser hecho en forma fácil y de excelente calidad».
Es decir; volviendo a nuestro ejemplo:
«Yo soy lento para escribir». «Va a ser muy difícil para mí hacerlo, y el trabajo me va a quedar mal». «Por lo tanto, lo hago mañana».
Este es un ejemplo típico de postergación, sobre la base de la autoduda.
En este punto tenemos que establecer la diferencia entre la autoduda y la autoimagen (este concepto se profundizará más adelante).
La autoduda implica un proceso o la acción de hacer algo. Se refiere a una cadena de cogniciones, emociones y conductas que están cambiando en el tiempo.
La autoimagen, en cambio, es más estable y consistente en el tiempo.
Es muy probable que la autoduda sea un aspecto de la autoimagen, que esté subyaciendo a ésta.
Procrastinación por baja tolerancia a la tensión
Tiene lugar cuando Ud. tiende a sobreactivarse, en términos emocionales, conductuales y cognitivos. También en ocasiones en que sus metas se hacen difíciles de lograr; o cuando existe algún tipo de obstáculo o bloqueo en sus logros.
Ud. se siente entonces emocional y somáticamente sobresensibilizado a casi toda forma de tensión, incluyendo malestares leves pero normales en su condición biológica. De igual modo, estará hipersensibilizado a la normal irritación que producen por ejemplo, aspectos del diario vivir: como el tráfico de la locomoción, los diversos ruidos ambientales, las discusiones de sus hijos, etc.
Así Ud. se focaliza absolutamente en esta tensión, y se va a sentir muy «stressado», ya que magnifica la importancia negativa de estos sentimientos. Y simultáneamente intentará neutralizarlos.
¿Cómo? Procurando poner término a la tensión que estaba experimentando en ese momento, y tratando de evitar las que pueda experimentar en el futuro, para no exponerse a nada que le haga aumentar su tensión. Vale decir; si está hiper-sensibilizado e irritable, no va a ir a dejar -por ejemplo- la ropa a la tintorería, eludiendo así el tráfico de la calle, etc. De este modo, comienza Ud. sistemáticamente el proceso de postergar o dejar para mañana.