La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambió su definición con respecto a los gases y humos procedentes de los motores a gasoil y los incluyó en los decididamente causantes del cáncer.
El “humo del diesel” estaba desde 1988 en la lista de los “posibles” cancerígenos, pero ahora pasó a la lista de los que definitivamente producen la enfermedad. La lista de nivel 1 –la de máximo peligro- incluye también al amianto, el benceno, el formaldehído y la radiación solar.
La revisión científica será publicada este viernes en The Lancet Oncology, anunciaron los investigadores.
Quiénes son los más afectados
Los principales estudios se llevaron adelante con mineros que trabajan en áreas de profundidad. Todos estos trabajadores portan equipos pesados que funcionan en base a gasoil y las partículas de los humos generados quedan en suspensión en espacios cerrados en grado sumo. Allí la investigación detectó una incidencia de cáncer de vejiga, muy superior a la de cualquier otro grupo humano.
La situación fue sensiblemente menor, pero también de incidencia, en otros grupos que estaban directamente vinculados a las emanaciones tóxicas de motores a gasoil.
“El riesgo depende de la exposición: la gente más expuesta tiene más riesgo, pero quien reciba menos dosis también aunque en menor medida”, señala el informe de los especialistas, “es un problema de salud pública que los gobiernos deberán abordar (…) la gente está expuesta no solo por el humo de los vehiculos, sino también por el procedente en otros modos de transporte (barcos o trenes) y de plantas de generación eléctrica”, concluyen no sin advertir que los gobiernos cuentan ahora con “evidencia sólida para considerar si endurecen los umbrales de emisión de los diesel”.