Este año, la celebración del Día Internacional de las Mujeres Rurales se produce apenas un mes después de la histórica aprobación por los líderes mundiales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El reto que tenemos ahora es aprovechar la oportunidad que ofrece este nuevo y estimulante marco para transformar la vida de las mujeres rurales.
Las mujeres rurales constituyen una proporción significativa, vital y considerable de la humanidad. Son agricultoras y trabajadoras rurales, especialistas en horticultura y vendedoras en mercados, empresarias y líderes comunitarias. Las mujeres rurales constituyen el pilar de unos medios de vida sostenibles y proporcionan seguridad alimentaria a sus familias y comunidades. Su labor es crucial no solo para el progreso de los hogares rurales y las economías locales, sino también para las economías nacionales, a las que contribuyen participando en cadenas de valor agrícolas.
Sin embargo, las mujeres rurales se ven afectadas de manera desproporcionada por la pobreza y se enfrentan a múltiples formas de discriminación, violencia e inseguridad. Tras 15 años de esfuerzos en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), las mejoras en la situación de las mujeres rurales han sido muy limitadas. Las mujeres rurales están en peor situación que los hombres rurales y que las mujeres y los hombres de las zonas urbanas de acuerdo con todos los indicadores de los ODM para los que se dispone de datos.
Ha llegado el momento de revertir esta situación. Los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tienen en su centro las cuestiones de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, e incluyen una meta para “duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres”. En efecto, las mujeres rurales son fundamentales para el éxito de la casi totalidad de los 17 ODS.
Para que la labor en pro de las mujeres rurales dé mejores frutos a lo largo de los próximos 15 años, debemos aprovechar las enseñanzas extraídas de la aplicación de los ODM. La pobreza extrema es, en gran medida, un fenómeno rural. Para que las mujeres rurales puedan contribuir al desarrollo sostenible y beneficiarse de él, debemos construir unos sistemas de protección social, unos mercados de trabajo y productos, y unas instituciones de gobernanza y organizaciones de la sociedad civil resilientes.
El Día Internacional de las Mujeres Rurales constituye un momento oportuno para dar mayor resonancia a las voces y experiencias de las mujeres rurales de todo el mundo. Hagamos realidad nuestro compromiso con la creación de oportunidades para las mujeres rurales en todos los objetivos pertinentes, impulsando así el progreso de todos.
Ban Ki-moon