Irina Bokova | Directora General de la UNESCO
El Día Internacional de la Juventud brinda la oportunidad de celebrar el poder de la creatividad y el impulso innovador que los jóvenes aportan a todas las sociedades. El tema de este año, “El compromiso cívico de los jóvenes”, pone de relieve la función que desempeñan la participación y la inclusión de los jóvenes en la construcción de la convivencia y el bienestar común.
Desde los emprendedores sociales hasta los periodistas, desde los activistas voluntarios hasta los agentes de organizaciones comunitarias, los jóvenes contribuyen a moldear la sociedad para conducirla hacia una renovación política, cultural y económica.
Debemos apoyar su compromiso cívico a todos los niveles, y esta labor comienza por el reconocimiento de los jóvenes como grupo social bien diferenciado, con características y expectativas específicas. El compromiso cívico es una manera de explotar este potencial para enriquecer la sociedad, promover los derechos humanos y lograr la mejora de las condiciones de vida para todos.
Estos objetivos ocupan un lugar central en los proyectos de la UNESCO, con objeto de proporcionar a los jóvenes el espacio y las competencias necesarios para su desarrollo, que repercute sobre el conjunto de las sociedades.
Este es el espíritu del proyecto de la UNESCO encaminado a fortalecer las redes de jóvenes del Mediterráneo. Los jóvenes han de ser considerados agentes del cambio y no únicamente beneficiarios u objetivos. Ello implica el fortalecimiento de los intercambios y la cooperación entre generaciones, para que los jóvenes participen realmente en las políticas destinadas a ellos. La novena edición del Foro de la Juventud de la UNESCO que tendrá lugar en octubre ofrece una plataforma única para transmitir este mensaje, e invito a los jóvenes de todo el mundo a que hagan oír su voz en dicho Foro, a fin de orientar las medidas adoptadas por los dirigentes del mundo. Esa voz transmite las esperanzas de la mitad del planeta, en pro de un futuro sostenible para todos.