Mantenga la puerta abierta para un desconocido. Recoja la basura que se encuentre en la calle. Sonría a los extraños con los que se cruce. Diga gracias y por favor todo el día.
Las anteriores acciones no son sólo buenos deseos. Se trata de un movimiento en internet que busca esparcir la amabilidad por el mundo utilizando tarjetas, cada una con una tarea específica.
La mecánica es simple. Quienes desean participar adquieren una baraja de tarjetas y después se dedican a llevar a cabo las acciones indicadas en ellas en su tiempo libre. Algunos las completan en semanas, otros en meses.
La idea es que una vez que la misión fue realizada, la tarjeta se puede compartir con otra persona (conocida o no) a fin de que la acción de amabilidad siga expandiéndose.
Las tarjetas se pueden registrar en internet y de esta manera llevar un control de las buenas acciones que se han llevado a cabo. Después -si la tarjeta cambió de manos- el nuevo poseedor puede compartir su experiencia en la red de tal modo que toda la comunidad puede ver por dónde ha viajado un acto de amabilidad.
La guerrilla de la bondad
Y ese movimiento, conocido como la revolución «Boom Boom», fue creado por la autodenominada «guerrilla de la bondad».
«Boom Boom viene de la noción de un bumerán, un objeto que se te regresa. Pensábamos en otros objetos que tuvieran un comportamiento similar cuando se nos ocurrió que sería genial si pudiéramos iniciar un movimiento subversivo de amabilidad y bondad. Y decidimos nombrar la idea como la revolución Boom Boom.
«Una revolución tiene una connotación negativa, pero nosotros pensamos que era una buena oportunidad para mostrar que también es algo positivo, como en la época hippie. Así decidimos crear una guerrilla de bondad», dijo a BBC Mundo, Mary Beth Campell, cofundadora de Boom Boom.
También se puede participar del movimiento sin necesidad de comprar la baraja. En el sitio web se pueden registrar acciones «Boom Boom» que no vienen en las tarjetas y compartir experiencias con otros usuarios. La idea de las tarjetas es, según Campbell, una manera de tener una motivación presente para hacer algo bueno.
«Usamos tarjetas físicas porque queríamos que nuestro proyecto tuviera un componente físico y uno virtual. A fin de cuentas la amabilidad se esparce más fácilmente si es cara a cara. Cuando ves a alguien y esa persona sonríe podemos ver cómo aprecian un acto de bondad», agrega Campbell.
El uso de internet, sin embargo, es lo que ha permitido que las acciones de la «guerrilla» se expandan. En parte porque permite alcanzar a un mayor número de personas, pero también porque las redes sociales están en auge.
«No podríamos hacer una revolución sin el uso de internet. La red puede ser negativa, pero lo que queríamos hacer era aprovechar el poder de internet para lograr algo positivo, diferente. A final de cuentas, el éxito de la civilización depende de las relaciones que construyamos los unos con los otros», señaló Campbell a BBC Mundo.
Ante las críticas de que más que una guerrilla de bondad, se trata de un negocio más de internet, Boom Boom se defiende repitiendo que se puede participar en la comunidad sin usar las tarjetas.
«Somos una empresa socialmente responsable. El propósito es crear una empresa que ayude al mundo. Damos el 10% de nuestros ingresos a organizaciones de beneficencia y las tarjetas no son un requisito indispensable. Queremos tener un negocio que provoque un cambio», finaliza la fundadora.