A los cinco meses gateaba, a los nueve andaba y a los catorce ya se vestía sola. Su madre no cree que sea más inteligente que los demás y dice que «es encantadora».
Georgia Brown, una niña de dos años, es la pequeña más brillante que ha conocido en su vida un experto en este tipo de niños que destacan por algún don, tal y como informa el Daily Mail.
“Es una niña normal” asegura su madre. Sin embargo varios estudios que le realizaron a la pequeña, dan cuenta que esto no es así. A una edad muy temprana ya podía contar hasta diez, reconocer colores y empezar a interesarse por el Francés. «Empezó a hablar muy pronto. Con 18 meses ya mantenía una conversación», asegura su madre, la señora Brown.
Con un año, se presentaba con una frase: «Hola soy Georgia, tengo un año». A esa edad «ya se sabía poner los zapatos y en el lugar correcto, correspondiendo el pie con el zapato».
Incluso cuando fueron a ver La bella y la bestia dijo a sus padres que «no me gustó Gastón (el villano). Era arrogante», cuentan familiares de la pequeña genia.
Al ver su capacidad intelectual, la madre de Georgia empezó a preocuparse por su educación, comenta el diario 20minutos. Se puso en contacto con el profesor Joan Freeman, un psicólogo especializado en la educación, para que le aconsejase. Éste sometió a la niña a un test para ver el cociente intelectual que tenía y la sorpresa fue cuando descubrió el dato: un IQ de 152, muy por encima de lo normal (en un adulto son 100 puntos).
Con estos resultados, Mensa, una organización para personas con elevado cociente intelectual , invitó a Georgia a unirse a ellos.
Además, su madre asegura que «no se cree que es mejor y más lista que cualquiera. Es una niña encantadora».
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