Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los científicos es frenar el avance y los síntomas de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, una enfermedad que se manifiesta en forma de pérdida de las capacidades cognitivas, pérdidas de memoria o trastornos de conducta debida a la muerte de las neuronas, con la consiguiente atrofia de diversas zonas del cerebro. Frenar el avance de la enfermedad y regenerar las neuronas perdidas son dos de los grandes frentes abiertos y, precisamente, en este sentido una investigación del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona ha presentado los resultados de un trabajo que abre una puerta a la esperanza: han sido capaces de generar neuronas a partir de las células de un cordón umbilical.
El equipo del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona junto al Instituto Salk de California ha logrado un hito bastante importante con el que avanzar en tratamientos de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer puesto que han sido capaces de transformar, de manera directa, una célula en otra de otro tipo. Concretamente, el equipo trabajó con células procedentes de un cordón umbilical y lograron modificarlas sin forzar un retroceso a su estado embrionario, minimizando además el riesgo de que desarrollen cáncer por efecto de la manipulación.
Nunca se había logrado una conversión directa a otro tipo de células funcionales, en este caso neuronas.
¿Y qué han hecho con estas neuronas artificiales? El equipo las ha implantado en el cerebro de roedores y han comprobado que éstas son plenamente funcionales (aunque aún es pronto para determinar que son seguras y no vayan a degenerar y volverse cancerígenas).
En realidad, las células del cordón umbilical se pueden considerar, hasta cierto punto, como células madre con ciertas limitaciones. Ésta es, precisamente, la razón por la que se pueden modificar y dirigir su nuevo destino con cierta flexibilidad.
Viendo estos resultados, quizás alguien podría pensar que el cordón umbilical podría ser nuestro pasaporte para la curación del Alzheimer o del Parkinson y, de hecho, existen bancos de almacenamiento del cordón umbilical de los recién nacidos a los que recurren los padres en previsión de tratamientos medicinales futuros. Juan Carlos Izpisúa, responsable de esta investigación (que por cierto se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences), es bastante cauto en este sentido y, por ahora, se centran en poder recrear en el laboratorio patologías como el Alzheimer o el Parkinson para poder estudiarlas en mayor profundidad y, precisamente, esa será la senda por la que continuará esta investigación.
Quizás, con el paso de los años, el cordón umbilical, que era algo que tradicionalmente se tiraba a la basura, pueda convertirse en “nuestra mayor pieza de recambio” y, por tanto, en base de tratamientos futuros.