En años recientes se ha puesto mucha atención en los problemas psiquiátricos de las madres y el impacto que podrían tener en los hijos.
Sin embargo, los problemas de los padres -que no se han discutido con tanta asiduidad- son igualmente importantes, afirman científicos británicos en artículo publicado por la revista médica The Lancet.
Según los investigadores de la Universidad de Oxford, los hijos cuyos padres sufren trastornos como alcoholismo o depresión, tienen más probabilidades de mostrar también problemas de conducta.
Y aunque se cree que los niños parecen ser más vulnerables que las niñas a los efectos de la depresión de un padre, especialmente durante las primeras etapas de desarrollo, no se sabe exactamente por qué ocurre así.
Por eso, señalan los investigadores, será necesario llevar a cabo llevar más estudios para confirmar el impacto de estos trastornos en los hijos.
No sólo las madres
Durante mucho tiempo se ha puesto mucho énfasis en ayudar a las madres ya que en la mayoría de las sociedades son ellas las que están encargadas de gran parte del cuidado de los hijos.
Los investigadores creen, sin embargo, que muchas veces se ha minimizado el papel de los hombres en las primeras etapas del desarrollo de los niños.
Esto a pesar de que en la mayoría de las sociedades y culturas los hombres desempeñan un papel activo en el cuidado de sus hijos, por lo tanto, los padres parecen tener más influencia de lo que se ha pensado.
Además, la edad en la que los hombres por lo regular se ven afectados por problemas psiquiátricos es la misma edad en que se convierten en padres, entre los 18 y los 35 años.
«Los padres están ahora más involucrados que antes en el cuidado de sus hijos en muchos países», afirma el profesor Paul Ramchandani, quien dirigió el estudio.
«En el pasado, no se ponía mucha atención cuando los padres estaban deprimidos y distantes porque la situación quizás no tenía mucho impacto.
«Ahora necesitamos obtener un entendimiento más profundo de los efectos que los problemas psiquiátricos en los padres pueden tener en los hijos», señala el experto.
La depresión paterna durante el período postnatal -que se mide a las ocho semanas después del nacimiento- ya ha sido vinculada con un aumento de entre 10 y 20% en la probabilidad de que el niño desarrolle problemas de conducta y emocionales más tarde en su vida.
También se ha visto que los hijos adolescentes de padres depresivos también tienen un mayor riesgo de sufrir varios problemas psicológicos, incluida depresión y conductas suicidas.
La pesada herencia
Estudios en el pasado también han encontrado un vínculo entre el alcoholismo de un padre y el aumento en el riesgo de trastornos de conducta en los que los hijos se comportan agresiva o destructivamente y abusan de sustancias, particularmente los hijos hombres.
El alcoholismo paterno, agregan los investigadores, también se ha visto asociado con un aumento en el riesgo de trastornos de ánimo, síntomas de depresión, pobre desempeño escolar, baja autoestima y problemas para formar relaciones.