¿Quiere muy buenos consejos matrimoniales?
Pregúntele a un divorciado.
La gente que pierde la relación más importante de su vida suele pasar cierto tiempo pensando en qué salió mal. Si son algo reflexivos sobre sí mismos, esto significa que reconocerán sus propios errores, no sólo los de sus ex parejas. Y si quieren tener suerte en el amor la próxima vez, intentarán aprender de esos errores.
Las investigaciones muestran que las personas divorciadas identifican los mismos cinco reproches principales, comportamientos que creen contribuyeron al colapso de su matrimonio y que están decididos a cambiar la próxima vez. «Los divorciados que dan un paso atrás y dicen ‘Esto es lo que hice mal y esto es lo que cambiaré’ tienen algo poderoso para enseñarles a los demás», afirma Terri Orbuch, una psicóloga y profesora del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan y autora de un libro sobre el tema. «Son consejos sobre el matrimonio aprendidos a las malas».
Orbuch está llevando a cabo un estudio longitudinal, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., para el que recolecta datos de forma periódica entre 373 parejas de la misma raza entre 25 y 37 años y en su primer año de matrimonio en 1986, el año que comenzó el estudio. Durante los 25 años que lleva el estudio, 46% de las parejas se divorciaron, una tasa que se ajusta al censo de EE.UU. y otros datos nacionales. Orbuch continuó con el seguimiento de muchos de los divorciados a medida que formaban nuevas relaciones y le preguntó a 210 de ellos qué habían aprendido de sus errores. (De estos 210, 71% encontró nuevas parejas, incluyendo 44% que volvió a casarse). Estos son los consejos que aprendieron con esfuerzo.
Mejore el ánimo de su pareja
Entre los divorciados, 15% afirmó que le darían a su esposo o esposa más de lo que Orbuch llama «afirmación afectiva», como cumplidos, abrazos y besos, tomarse de la mano, decir «te amo», y apoyo emocional. «Al expresar amor y cariño, se construye confianza», dice Orbuch.
La experta sostiene que hay cuatro componentes en las muestras de afecto que los divorciados dijeron que eran importantes: cuán a menudo la pareja mostró amor; cuán a menudo la pareja los hizo sentir bien por la clase de persona que son; cuán a menudo la pareja los hizo sentir bien por tener sus propias ideas y formas de hacer las cosas, y cuán a menudo la pareja hizo que la vida fuera interesante y excitante.
Hable más de dinero
El dinero fue el principal punto de conflicto en la mayoría de los matrimonios, buenos o malos, que estudió Orbuch. Y 49% de los divorciados de su estudio afirmaron que peleaban tanto por cuestiones relacionadas con el dinero que anticipan que el dinero también será un problema en su próxima relación.
No hay una sola solución financiera para todas las parejas. Orbuch afirma que cada persona necesita analizar su perspectiva ante el dinero. Las parejas deben discutir sus estilos individuales y pensar un plan con el que ambos puedan vivir, ya sea con finanzas en conjunto o manteniendo cuentas separadas.
«Hable de dinero más seguido, no solo cuando sea hora de pagar los impuestos, cuando tenga deudas altas o cuando toque pagar las cuentas», dice Orbuch. Fije reglas y expectativas y adhiérase a ellas.
Supere el pasado
Para relacionarse de forma saludable con su pareja, debe dejar atrás el pasado, señala Orbuch.
Esto incluye superar los celos de las relaciones pasadas de su pareja, la irritación por la forma en la que lo trata su suegra, algo de su niñez que le hace difícil tener confianza, una pelea que tuvo con su esposo o esposa hace seis meses.
Es un buen consejo, no sólo para aquellos con el corazón roto, agrega.
En el estudio de Orbuch, los divorciados que conservaban emociones fuertes por sus ex —ya fuera amor u odio— eran menos saludables que quienes habían dado vuelta la página en lo emocional.
Si tiene problemas para desprenderse de la rabia o la tristeza por el pasado considere escribir un diario. Ejercítese, hable con un amigo (pero no hasta aburrirlo).
O trate de escribirle a la persona que lo molesta para explicarle sus sentimientos.
Culpe a la relación
Los divorciados en el estudio que culpaban a ex parejas o incluso a sí mismos tenían más ansiedad, depresión y problemas para dormir que quienes culpaban a la forma en que ellos y sus parejas interactuaban. Los que se aferraban al enojo tenían menos probabilidades de dar vuelta la página, construir una sólida relación nueva y enfrentar problemas futuros de forma positiva y proactiva.
Es difícil no asignar culpas. En el estudio, un 65% de los divorciados culparon a su ex pareja, con más mujeres culpando a su ex marido (80%) que hombres culpando a su ex esposa (47%). 16% de los hombres se culparon a sí mismos, frente a apenas 4% de las mujeres.
¿Cómo puede culparse de una forma saludable? Diga «nosotros», no «tu» o «yo». Diga «hemos estado tan cansados últimamente» en vez de «eres tan malhumorada». Cuando retira la culpa, es más fácil hallar una solución.
Pregúntele a su pareja cuál es su visión de un problema. Diga: «¿Por qué piensas que no nos estamos llevando bien?».
Revele más sobre usted mismo
El estilo de comunicación es la cuestión número 1 que los divorciados del estudio dijeron que cambiarían en su próxima relación (41% afirmaron que comunicarían de forma diferente).
Los esposos necesitan hablar con voz calma y cariñosa. Deberían aprender a discutir de una forma que produzca una solución, no sólo más enojo.
Para comunicarse bien, los esposos deben revelar más sobre sí mismos, no sólo hacer «comunicación de mantenimiento».
«No tiene que ser emocional», afirma Orbuch. «Pero debería ser sobre temas donde uno aprenda qué le gusta al otro». Esos temas ayudan a su pareja a entenderlo mejor.
Orbuch sugiere una regla de los 10 minutos: Todos los días, por 10 minutos, la pareja debe hablar a solas de algo diferente al trabajo, la familia y los niños, la casa o la relación. Nada de problemas, sin programarlo y sin ponerle logística.