Claves para curar a África

africa-olvidadaHay que conocer el contexto en el que se va a trabajar antes de empezar. El enfoque de género siempre está presente en los proyectos. Son muchos los bloqueos en el terreno y algunos son culpa de las propias ONG.

MADRID.- Ya no vale volver la cara, ni los ojos que no ven. África sufre, tiene hambre y la salud dañada. La ayuda humanitaria es fundamental pero no de manera aislada, siempre en conjunción con los gobiernos, la sociedad civil y la población. ‘Médicos del Mundo’ desarrolla programas en nueve países del continente, todos ellos con un mínimo objetivo común: asegurar el acceso a la Atención Primaria.

«África es el continente donde el derecho a la salud ha sido más abolido», declara a elmundo.es Teresa González, presidenta de la citada ONG. «Hubo un momento en el que el mundo, sobre todo la sociedad del norte, aceptaba con naturalidad que estuviera condenado a muerte y no nos planteábamos la imposibilidad de esa premisa», añade.

Pero, «¿tenemos que seguir aceptando unas cifras que para nosotros nos parecerían intolerables?», se pregunta González. De eso nada y, por ello, distintas organizaciones se han decidido colaborar. Es el caso de ‘Médicos del Mundo’, que dedica un 60% de las actividades de cooperación internacional a África.

Reconocer al otro en su diferencia

Felicitas Ibáñez es la responsable de este área geográfica en la mencionada organización no gubernamental. Metida de lleno en la problemática, esta experta pone sobre la mesa uno de los principales factores: «Hay que reconocer al otro en su diferencia. Cómo se accede a los recursos, cuál es la relación entre hombres y mujeres, qué jerarquía existe…», indica.

De hecho, si no se establece el contexto antes de iniciar la colaboración es posible que el proyecto no funcione. «A mí me molesta especialmente cuando alguien dice que no puede trabajar en el terreno. Si te vas a colaborar y no te lo permiten puede ser porque intentas imponer maneras que no van con el país», declara González.

«Muchas veces vamos con la sensación de que nuestro modelo es el correcto. Es una forma prepotente de llegar y no es raro que te encuentres bloqueos para cada una de las acciones. África es modélica en montones de proyectos que nunca deberían haberse hecho, como hospitales en la nada y provistos de alta tecnología», recalca la presidenta.

El trabajo con las mujeres

Para trabajar con las mujeres, por ejemplo, resulta fundamental investigar por adelantado todos los elementos que componen su entorno. No tiene nada que ver su rol en Marruecos que en Sudáfrica. «Las africanas tienen sus espacios de poder, no es cierto que estén completamente subyugadas. Pero en los campos en los que se toman decisiones más vinculantes, en los que hay más reparto de recursos, su presencia tiende a diluirse a favor del hombre», apunta Yedra García, responsable del área de derechos humanos y género de ‘Médicos del Mundo’.

«En Occidente trivializamos mucho sobre su papel, desempeñan papeles importantes en la casa y la comunidad pero hay un momento en el que se les pone un tope», aclara esta experta en género.

Un ejemplo es la decisión de ir o no a un hospital cuando un parto se complica. «No suele estar en manos de la mujer. Es algo que afecta a la economía de la familia y es el hombre el que suele decidir», declara la presidenta de Médicos del Mundo.

Bloqueos en el terreno

Otro de los frenos con el que se encuentran las organizaciones es la falta de voluntad de los gobiernos. Por eso, dependiendo del país, antes de ponerse a trabajar hay que conocer de antemano hasta dónde se va a poder llegar con la política reinante.

También influye la infraestructura de la nación. «Hay países en los que es inexistente, como Guinea-Bissau, que no tiene luz en la capital. Otros han vivido décadas de guerra, y no sólo cuentan con una infraestructura física destruida sino también social. Hay odios, desconfianza, heridas profundísimas. Todo eso no se puede ignorar. No se puede llegar al bosque como Caperucita Roja con su cestita. El bosque está lleno de cosas que han pasado, es un entramado extraordinario», destaca Teresa.

La carencia de recursos humanos tampoco facilita las cosas. «Es un gran problema […] Hay que ver cómo compensar la sangría de personal cualificado que se marcha de África. Ahora hay un médico por cada 250.000 habitantes, más o menos», lamenta Felicitas.

En este sentido, la presidenta de la ONG destaca la importancia de asegurar unos mínimos de calidad en la atención sanitaria: «Si alguien llegara a un centro de salud y lo atendiera una persona con una formación de dos o tres meses no se sentiría bien atendido. La calidad debe ser básica y estar presente en la resolución de la mayor parte de los problemas de salud».

Por último, estas expertas en ayuda humanitaria subrayan que el apoyo debe ser global. Son múltiples los factores que afectan a la salud: el acceso a agua potable, una nutrición adecuada, la posibilidad de acudir a la escuela… Todo ello influye. «La visión debe ser integral para que los resultados perduren cuando la organización ya se haya marchado», concluye Yedra.

María sainz | elmundo.es SALUD