La convergencia de la genómica, marcada por la rápida caída del costo de secuenciar el código genético de una persona, y la tecnología inalámbrica, con su ola de aplicaciones innovadoras para la medicina, ha llevado a Eric Topol a escribir The Creative Destruction of Medicine (algo así como La creativa destrucción de la medicina). El libro ofrece una perspectiva ilustrativa sobre la digitalización de la medicina, pero también nos recuerda que pese a que el sector es uno de los principales impulsores de la innovación, tiene una cultura conservadora que sufre el embate de cambios transformativos.
A continuación, extractos de una entrevista a Topol, jefe de medicina cardiovascular de la Clínica Cleveland.
WSJ: Empecemos por el título. «Destrucción creativa» es un término provocativo. ¿Qué necesita ser destruido?
Topol: Hay dos niveles. Uno es que en la medicina, todo lo que hacemos es prácticamente en el nivel de la población. Ya sea un examen masivo o dar el mismo medicamento a todas las personas con un diagnóstico particular, esto no reconoce la individualidad. Pienso que es fundamentalmente erróneo. Ahora tenemos las herramientas para hacerlo mucho mejor.