Una mujer debe comenzar a hacerse exámenes ginecológicos de rutina cuando empiece a tener relaciones sexuales o, en el caso de no ser sexualmente activa, a partir de los 18 años
El ginecólogo es el médico especializado en el tratamiento de las enfermedades de los órganos reproductores de la mujer. Esta especialidad médica abarca también la obstetricia, por lo que los ginecólogos están además capacitados para atender embarazos y partos.
Una mujer debe comenzar a hacerse exámenes ginecológicos de rutina cuando empiece a tener relaciones sexuales o, en el caso de no ser sexualmente activa, a partir de los 18 años. También debe consultarse al ginecólogo ante cualquier irregularidad detectada en los pechos, genitales o ciclos menstruales. Un tercer motivo para acudir al ginecólogo es el embarazo.
La primera vez
La primera vez que una mujer va al ginecólogo se siente inquieta, ya que los métodos exploratorios utilizados como la camilla ginecológica, los espéculos, la postura a adoptar y las áreas anatómicas a explorar no son nada tranquilizadoras. Por este motivo y, especialmente en el caso de pacientes jóvenes, puede ser importante que la madre acompañe a su hija en la primera visita al ginecólogo. Que la acompañe no significa que “entre” necesariamente en la consulta; es importante preservar la intimidad de la relación médico paciente, imprescindible para establecer un vínculo de confianza mutua. Pero para la adolescente, la compañía de la madre significa un respaldo muy importante.
A la hora de buscar ginecólogo puede consultarse al médico de cabecera o preguntar al Centro de Salud correspondiente.
Exploración ginecológica de rutina
La exploración ginecológica de rutina consta básicamente de una historia clínica y una exploración física.
Historia clínica
Con el interrogatorio clínico el ginecólogo obtiene una serie de datos que son muy importantes para la correcta evaluación diagnóstica y que el médico guarda bajo estricta confidencialidad. La historia clínica se actualiza en cada nueva visita y consta de:
Datos de filiación (nombre, edad, lugar de residencia, etc.)
Antecedentes familiares de enfermedades ginecológicas
Antecedentes personales edad de inicio de la regla (menarquia), características de las menstruaciones (periodicidad, intensidad de la pérdida menstrual, duración del intervalo entre reglas, aspecto de la pérdida, molestias asociadas a la regla, etc.)
Presencia de secreción vaginal (flujo vaginal) y de estar presente, características del mismo cantidad, color, consistencia, olor, si se acompaña de irritación o picor de los genitales, etc. Existencia de dolor y si está presente, la localización, el tiempo de duración, la intensidad, como se presenta (con el esfuerzo, continuo, etc.)
Historia reproductiva número de hijos, características de los embarazos, partos espontáneos, inducidos o por cesárea, evolución del puerperio, abortos, etc.
Presencia y/o antecedentes de otras enfermedades: hipertensión, diabetes, alteraciones del sistema urinario, etc. También, antecedentes de tratamientos previos como intervenciones quirúrgicas, radioterapia o quimioterapia.
Exploración física
General del organismo (peso, talla, estado nutricional, etc.)
Examen pélvico, para detectar anomalías en los órganos reproductores.La paciente puede notar cierta presión pero no le debería resultar doloroso. Para examinar el cérvix o cuello uterino el médico inserta con cuidado un espéculo estéril de metal o plástico dentro de la vagina. A continuación, puede coger una muestra de células del cérvix (citología vaginal o test de Papanicolau) para su posterior análisis. Una vez el ginecólogo retira el espéculo, inserta uno o dos dedos con guantes lubricados dentro de la vagina y presiona sobre la parte más baja del abdomen con la otra mano para examinar los órganos internos.
Examen de las mamas, con el fin de buscar posibles bultos, irregularidades o secreción por los pezones Es importante hacerse la autoexploración de los pechos de forma rutinaria. Si no sabe como hacerlo, el ginecólogo le puede enseñar.