La incapacidad de proteger los derechos humanos de las personas con VIH puede impulsar el avance de la epidemia, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido este miércoles, Día Mundial del Sida, «corregir las leyes» que aumentan la vulnerabilidad y el riesgo al VIH, sobre todo de los grupos más expuestos al virus.
Entre los grupos más vulnerables a este virus la OMS cita a las mujeres y niñas del África subsahariana, ya que el 80 por ciento de las mujeres con VIH se encuentran en esa región. También advierte de los riesgos que corren los usuarios de drogas inyectables, ya que la mitad de las infecciones de Europa de Este se dan en este colectivo.
En España y países como Francia o Países Bajos, pide hace especial hincapié en proteger a los inmigrantes, que concentra «entre un tercio y las tres cuartas partes de las nuevas infecciones por el VIH».
También son poblaciones más expuestas al VIH los profesionales del sexo, los hombres que tienen relaciones con otros hombres y los transexuales.
Sin embargo, estos grupos son «quienes tienen menos acceso a unos servicios de prevención, tratamiento y atención de la infección por el VIH». Por ejemplo, cita la OMS, «la cobertura de los programas de reducción de daños seguía siendo escasa en 2009. De los 92 países que proporcionaron información, 36 tenían programas de distribución de agujas y jeringas y 33 ofrecían terapia de sustitución con opioides».
El temor a que sus familias y amigos los eviten, sus comunidades los marginen o se les niegue el empleo y otros servicios es, a menudo, la razón por la que muchos portadores del VIH no se presentan a las pruebas de detección del virus o reclaman los servicios de VIH.
«Demasiado a menudo, son las actitudes y los comportamientos negativos del personal de salud lo que hace inaccesibles e inadmisibles los servicios de salud a las personas que más expuestas están a la infección por el VIH, y que más necesitan los servicios de prevención, tratamiento y atención», denuncian.
A su juicio, velar por los derechos de las personas con VIH es «una buena práctica de salud pública, pues mejora la salud y el bienestar de los afectados y hace más eficaces la prevención». * Muchos países han aprobado legislaciones encaminadas a prevenir la discriminación de las personas con VIH. Sin embargo, «en muchos casos esas leyes no se cumplen adecuadamente y persiste la estigmatización de las personas con VIH y de las poblaciones más expuestas», afirma.
«Las personas que viven con el VIH no solo deben gozar de su derecho a la salud, sino también de su derecho a acceder a servicios sociales cruciales tales como la educación, el empleo, la vivienda, la seguridad social e incluso de asilo, en algunos casos», concluye.