Con medicamentos que evitan la propagación madre hijo y campañas de prevención se puede evitar que más niños nazcan con la enfermedad
Cada minuto que pasa, un bebé nace con VIH. Es una difícil realidad que tenemos que reconocer, pero sobre todo, tratar de cambiar. La buena noticia es que este cambio ya está al alcance de nuestras manos, y el sueño de una generación sin VIH puede ser nuestra nueva realidad en el 2015.
La idea de poder alcanzar un cambio tan grande en tan poco tiempo, después de 30 años de la lucha mundial contra el SIDA, me pareció algo emocionante y esperanzador. Esto fue lo que me atrajo al Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria, la organización que financia la mayor parte de los programas contra estas tres enfermedades en el mundo.
Más de 400,000 bebés nacen con VIH cada año, aun cuando ello puede evitarse. Hoy estamos en un punto crítico en donde existe el tratamiento necesario para evitar la transmisión del virus de madre a hijo, pero tenemos que ponerlo al alcance de aquellas mamás que más lo necesitan.
El primer paso para lograr una generación sin VIH es crear conciencia, y con este fin mi organización lanzó la campaña Nacer sin VIH (Born HIV Free) en el 2010. En ella se unieron voces alrededor del mundo para poner el tema de prevención de transmisión de madre a hijo en la agenda global.
Tuvimos el apoyo de grandes personalidades, empezando por Carla Bruni-Sarkozy, quien se convirtió en embajadora de esta causa, y otras voces incluyendo a Bono, Paul McCartney y Amy Winehouse. Para impulsar la campaña y realmente crear un cambio, era necesario difundir el mensaje, por lo que se crearon diversos materiales como videos y animaciones producidos por ganadores del Oscar y promovidos por nuestro socio Youtube que dieron la vuelta en internet; camisetas creadas por Jean Paul Gaultier y distribuidas en toda Europa a través de la revista Elle; pins de plata producidos por Tiffany, una página web dedicada a la campaña, entre otras actividades.
La campaña se convirtió en movimiento y ahora hay un gran número de organizaciones promoviendo la causa como Unicef, UNAIDS, Product (RED), ONE.
El esfuerzo colectivo valió la pena. Hicimos una encuesta después de la campaña en el 2010, y el conocimiento de este tema aumentó en un 27%, un resultado sorprendente que demuestra la progresión del interés público. Esto hizo que la prevención de transmisión de VIH de madre a hijo se convirtiera en un tema recurrente en la agenda global.
La causa fue ganando espacio, hasta llegar al discurso de Hillary Rodham Clinton a principios de noviembre, en el que se establece como prioridad la creación de una generación libre del SIDA, lo que incluye una generación en donde virtualmente no haya bebés que nazcan con VIH.
El hecho de que la meta de una generación sin VIH sea una prioridad en la agenda del gobierno de Estados Unidos es sólo un indicador de lo mucho que hemos avanzado. La posibilidad de ganar esta batalla es real.
Sin embargo, para lograrlo tenemos que continuar divulgando el mensaje de que con el tratamiento y concientización necesarios, tener una generación que nazca sin VIH en el 2015 es posible.