El Día Mundial de la Salud Mental, cuyo lema de este año es “Dignidad en la salud mental”, nos brinda la oportunidad de aumentar la conciencia sobre las dificultades a que se enfrentan las personas con discapacidades mentales y psicosociales, y sobre la labor que se debe realizar para que puedan llevar una vida plena y satisfactoria.
Pese a que se han adoptado diversas medidas fundamentales para tratar de superar esas dificultades, incluida la histórica aprobación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, muchas personas de todo el mundo que viven con discapacidades mentales y psicosociales siguen siendo discriminadas y estigmatizadas, sufriendo abusos físicos, sexuales y emocionales y estando desatendidas. La falta de profesionales sanitarios cualificados, el uso de la coerción en el tratamiento y la reclusión en centros aislados de salud mental y social hacen aún más difícil que esas personas puedan ejercer sus derechos humanos básicos y tengan posibilidades de recuperarse.
Todos los seres humanos tienen derecho al respeto y a la dignidad. También tienen derecho a abrigar sueños y esperanzas, y a trabajar, disfrutar de su familia y sus amigos, vivir su vida sin estigma ni discriminación y participar en las decisiones que los atañen. Estos son los objetivos que deben garantizar las políticas y la legislación, que deben promover los servicios y que deben apoyar las comunidades. Juntos podemos ayudar a conseguir que las personas con discapacidades mentales y psicosociales vivan con la dignidad que es parte esencial de una vida plena y saludable.
Ban Ki-moon