Las madres que no puedan estar junto a su hijo o hija cuando estos se encuentran en una situación estresante deben llamarlos por teléfono.
Su voz tendrá el mismo efecto tranquilizante que un abrazo, según sugiere un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society del Reino Unido.
Un equipo de investigadores estadounidenses realizó el experimento con 60 niñas que fueron colocadas antes situaciones estresantes y monitorearon su actividad hormonal cuando eran abrazadas o recibían una llamada telefónica.
Escuchar la voz de sus madres produjo prácticamente la misma cantidad de la hormona oxitocina que las generadas cuando las niñas experimentaron algún tipo de contacto físico.
La oxitocina, bajo ciertas circunstancias, inhibe la liberación de hormona cortisol, común ante situaciones estresantes, y además parece estar involucrada en el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales.
Las niñas, con edades de entre siete y doce años, fueron presentadas con distintas tareas. Debían realizar un discurso improvisado, o resolver una serie de cálculos matemáticos en frente de un panel compuesto por desconocidos.
Durante estas experiencias, las niñas manifestaron un aumento de los latidos del corazón y los niveles de la hormona cortisol aumentaron.
Madre en línea
Para un grupo de niñas, su mamá estuvo con ellas inmediatamente después de cada prueba, para ofrecerles apoyo mediante el contacto físico con un abrazo o una mano tendida por encima del hombro.
Al segundo grupo, les pasaron una llamada telefónica de sus madres, mientras que al tercero, le mostraron el documental «La marcha de los pingüinos», que es visto como emocionalmente neutral.
La hormona oxitocina, que se cree está asociada a la creación de lazos afectivos y que alivia los efectos de la hormona cortisol, aumentó considerablemente en los primeros dos grupos. Los niveles de oxitocina en el grupo que vio el documental se mantuvieron constantes.
«Hasta ahora se pensaba que la oxitocina, secretada en contextos de afectividad, usualmente requería del contacto físico», expresó la doctora Leslie Seltzer de la Universidad de Wisconsin – Madison, quien lideró el estudio.
«Pero estos resultados dejan claro que la voz de una madre puede tener el mismo efecto que un abrazo, incluso si no está presente», agregó.
Investigaciones previas realizadas en roedores sugerían que era necesario el contacto físico para que el organismo secretara oxitocina, en respuesta a situaciones estresantes, sin tener en cuenta el impacto humano del lenguaje, aclaran los investigadores.
Científicos sugieren que incluso el feto dentro del útero, al menos durante la última etapa del embarazo, es capaz de reconocer la voz de su progenitora.
Pero de ahí a que esto tenga algún impacto emocional a tan corta edad, aún no está claro.