La homofobia frena la prevención del sida

La ONU crea un plan para que los servicios sobre VIH alcancen a este colectivo. También se ha propuesto eliminar el sida en los niños para 2015.

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MADRID.- Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son ilegales en 86 países, en siete de los cuales las condenan con la pena de muerte. Y, en muchos más lugares de mundo, aunque no está penalizado está mal visto. Esto crea unas condiciones propicias para la expansión del VIH. Por esto, ONUSIDA, en colaboración con el Programa de la ONU para la ayuda al desarrollo (UNDP), lanza un plan para aumentar el acceso de estos individuos a la información sobre el virus.

«No sólo es poco ético no proteger a estos grupos, sino que además no tiene sentido desde una perspectiva sanitaria. Nos perjudica a todos», ha declarado el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon. Una afirmación apoyada en datos concretos. Biológicamente, el sexo anal sin protección -tanto si es homosexual como heterosexual- supone más riesgo de contraer el virus que el sexo vaginal. Los estudios han demostrado que la prevalencia del sida en este colectivo es un 25% más alta que en la población general en Ghana y Tailandia, un 30% más elevada en Jamaica y hasta un 43% más en Kenia. En el caso de los transexuales, los porcentajes suben aún más.

Pese a estas cifras, los servicios de salud y los programas de prevención del virus sólo alcanzan a un tercio de esta población homosexual. Asimismo, desde ONUSIDA explican que «la epidemia de VIH entre los hombres que se acuestan con otros varones contribuye siginificativamente a la propagación de otras epidemias de sida, porque en la mayoría de los países estos hombres también tienen relaciones con mujeres».

«La situación es clara y urgente. Si realmente queremos que el acceso universal a los medicamentos y los servicios de salud sea una realidad, debemos trabajar para eliminar la homofobia y la transfobia (contra los transexuales) que existen en la actualidad», afirma Jeffery O’Malley, director del grupo de VIH de UNDP. «Los países deben ser rigurosos a la hora de monitorizar la evolución de sus epidemias y modificar sus programas para que se ajusten a las necesidades de quienes están en mayor riesgo. En muchos países estos son los hombres homosexuales», añade Paul De Lay, ex director ejecutivo de ONUSIDA.

El nuevo plan propuesto por los organismos de la ONU incluye acciones globales y regionales. Los objetivos principales son tres: mejorar la situación legal y los derechos de los homosexuales y transexuales; fortalecer y promocionar los programas sobre VIH en estos colectivos, promover acuerdos que aseguren respuestas más eficaces para estas personas.

Para conseguir estos fines propone, entre otras cosas, diseñar campañas públicas que se centren en combatir la homofobia y la transfobia, que los planes locales tengan en cuenta a estas personas a la hora de diseñar sus estrategias y entrenar a los profesionales sanitarios para que no tengan prejuicios. El proyecto de ONUSIDA surge por la falta de compromisos y recursos que se destinan a los homosexuales y transexuales.

Eliminar el sida en recién nacidos

Junto a este plan contra la homofobia, la ONU tiene otro objetivo, si cabe, más ambicioso y que ha revelado durante la Asamblea Anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS): eliminar la transmisión del VIH de madres a hijos para el año 2015.

Las evidencias científicas muestran que la administración de la terapia antirretroviral a las mujeres con VIH embarazadas reduce mucho el riesgo de que transmiten el virus a sus bebés. Se trata de una intervención muy eficaz y no demasiado costosa. Sin embargo, en 2007 (fecha de los últimos datos disponibles) tan sólo el 33% de las embarazadas recibía los fármacos y sólo un 21% se hacía la prueba del sida en los países de medianos y bajos ingresos como parte de la atención médica prenatal.

«Podemos prevenir que estas madres mueran y que sus hijos nazcan infectados. Por eso hago una llamada para una eliminación de la transmisión del VIH por esta vía para 2015», ha declarado durante la Asamblea de la OMS el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sibidé.

Isabel F. Lantigua | elmundo.es