Hace poco, investigadores en la Universidad de Stanford, en California, publicaron un estudio que mostraba que quienes realizan múltiples tareas a la vez se desempeñan mal en varias de éstas. No se concentran tan bien como quienes hacen una sola cosa, se distraen más fácilmente no son tan eficientes a la hora de cambiar entre una tarea y otra y de organizar información. De hecho, son peores para hacer varias cosas a la vez que quienes generalmente no lo hacen.
Esto significa que la gente a nuestro alrededor, como el esposo que teclea en la computadora durante una importante conversación telefónica con usted y la persona que maneja un vehículo deportivo utilitario mientras bebe un café grande y habla por teléfono celular, no sólo es irritante, sino incompetente.
Originalmente, el equipo de investigadores intentaba descubrir qué dones cognoscitivos poco comunes poseían las personas que realizan varias tareas a la vez, que las hacía tan exitosas en dicho aspecto.
Jamás los encontraron.
“La gente que hace varias cosas al mismo tiempo sencillamente era pésima en todo”, dijo Clifford I. Nass, profesor de comunicación en Stanford y uno de los investigadores del estudio. «Fue una sorpresa total y absoluta para mí».
En un principio cuando se sospechaba que las personas que realizan múltiples tareas a la vez poseían algunas cualidades inusuales y envidiables que las ayudaban a procesar canales simultáneos de información, Nass se había sentido «boquiabierto ante ellas», dijo, al admitir que él mismo es «pésimo» para hacer varias cosas a la vez. «Estaba seguro de que tenían alguna habilidad secreta, pero resulta que las personas que continuamente hacen múltiples tareas a la vez son aficionadas a la irrelevancia».
El estudio realizó pruebas con 100 estudiantes universitarios calificados con alta o baja propensión a realizar múltiples tareas a la vez. Los encargados del experimento monitorearon la concentración, memoria y facilidad para distraerse con una serie de imágenes electrónicas con formas, letras y números de diferentes colores.
Eyal Ophir, investigador principal del estudio quien labora en el Laboratorio de Comunicación entre Humanos y Medios Interactivos, en Stanford, dijo: «Buscábamos asiduamente las ventajas de esas personas en el estudio. Pero lo único que encontramos fueron desventajas. Creíamos que quienes realizan múltiples tareas a la vez tenían un gran control de la información, pero resulta que simplemente la estaban confundiendo».
Los resultados del estudio fueron tan sólidos e inesperados que los investigadores planean una serie nueva de experimentos.
«El meollo del problema», dijo Nass, es que quienes realizan múltiples tareas a la vez «piensan que son excelentes en lo que hacen y han convencido al resto de la gente de que así es.
Un ejemplo es Robert Leleux, escritor neoyorquino y alma sensible que aún batalla con los teléfonos de disco.
“Toda mi vida me he sentido tan absolutamente intimidado por quienes realizan múltiples tareas a la vez”, dijo Leleux. “Me parece imposible creer que no son superiores a mí. ¡Este estudio es como música para mis oidos! Valida toda mi vida”
Actualmente, Leleux comparte su vida con un cónyuge que realiza múltiples tareas a la vez.
“Michael puede responder correos electrónicos, hablar por teléfono, aprobar conceptos de diseño, texto y material gráfico, todo al mismo tiempo “, relató.
Aún con validación científica, a Leleux le preocupa que el estudio de Stanford pueda haber sido producto “de alguien que siente amargura por sólo poder hacer una cosa a la vez” como yo, que quiere validar su propia existencia.
“Allí está la fabula de la tortuga y la liebre. Aún cuando la tortuga de hecho termina por ganar la carrera, ¿Cuál preferiría uno ser? ¿Una tortuga arrugada, gorda y vieja o una liebre ligera y sagaz? Creo que la respuesta es obvia”.